Los frascos de este gas, que pueden costar $50 cada uno, hacen parte del sofisticado equipo de los policías antimotines de EEUU, quienes además llevan un arma para disparar balas de goma, la cual puede costar unos $1,000, y aerosoles de pimienta, que tienen un valor de $10 cada uno, entre otros. El mercado de las bombas lacrimógenas está prácticamente dominado por la empresa Safariland, firma que tiene ingresos de $500 millones al año.