El mundo de la moda femenina es en muchos casos poco inclusivo y discriminatorio. Durante años, las más prestigiosas marcas de indumentaria se han encargado de idear un arquetipo de mujer esbelta, delgada, altísima, sin imperfecciones ni defectos, para que inunde las pasarelas con un tipo de cuerpo, que con el tiempo pareció volverse el único socialmente aceptado.