Este era el segundo vuelo del Airlander 10, que en un principio fue desarrollado como una aeronave de vigilancia por Estados Unidos, aunque las pruebas se paralizaron por recortes en el presupuesto. Ahora, es uno de los proyectos más ambiciosos de la empresa Hybrid Air Vehicles, la cual recibió importantes préstamos del gobierno británico y de la Unión Europea.