Linchan al 'vampiro de niños', un hombre que mató y bebió la sangre de al menos 10 menores
Masten Milimo Wanjala, un hombre de 20 años, fue linchado el pasado 15 de octubre por una turba enardecida por haber matado al menos a diez niños a los que supuestamente les succionó la sangre de las venas.
Wanjala, quien fue descrito por la Dirección de Investigaciones Criminales de Kenia como un “vampiro sediento de sangre”, fue brutalmente asesinado tan solo dos días después de que escapara de la custodia policial en la que se encontraba y justo antes de que compareciera ante un tribunal por los homicidios de los menores de edad.
En julio pasado Wanjala fue arrestado por ser sospechoso de “masacrar” a sus víctimas “de la manera más cruel, succionando sangre de sus venas antes de ejecutarlas”.
Durante su detención, el acusado habría admitido haber matado un total de 10 pequeños durante cinco años y dio detalles sobre los supuestos homicidios cometidos en los que “exprimió la vida de los niños inocentes”, todos entre 12 y 13 años.
El comunicado de las autoridades precisa que las víctimas de Wanjala fueron sometidas al ser obligadas a beber “una sustancia blanca en forma de líquido” y que el sospechoso “obtenía mucho placer al asesinarlos”.
Sin embargo, tras escapar de las autoridades, Wanjala fue identificado en la casa de su infancia, luego de que jugara un partido de fútbol con niños de la localidad, los cuales lo reconocieron, por lo que horas después los lugareños lo comenzaron a perseguir.
A pesar de que pudo entrar y tratar de protegerse en la casa de un vecino, los hombres lograron capturarlo y asesinarlo.
Sin embargo, las autoridades kenianas explicaron que Wanjala había escapado y que, al estarlo buscando, fue hallado primero “por aldeanos en Bungoma (en el occidente del país) y lo mataron a golpes antes de que nuestros agentes lo arrestaran nuevamente”.
Las autoridades determinaron que, aunque su intención fue siempre asegurar que el sospechoso compareciera ante la justicia en un tribunal, “prevaleció la ley de la jungla, tal como la aplicaban los aldeanos furiosos”.
Asimismo, dejaron claro que sus pensamientos están con las familias “de quienes perdieron a sus hijos inocentes en manos del sospechoso”.
