Kilmar Abrego García hace nuevo pedido de asilo en EEUU: una estrategia inteligente pero arriesgada
La solicitud de asilo en Estados Unidos de Kilmar Abrego García es una estrategia legal prudente, según expertos, porque le da a sus abogados mejores opciones para enfrentar los intentos de la administración Trump de deportarlo. Pero también es una apuesta que conlleva riesgos.
Dependiendo del fallo de los tribunales, Abrego García podría volver a la temida prisión salvadoreña donde asegura que fue golpeado y torturado psicológicamente.
“Es un movimiento estratégico”, dijo a AP el abogado de inmigración Andrew Rankin, radicado en Memphis, sobre la solicitud de asilo. “Y ciertamente puede salir mal. Pero es algo que yo también haría si lo representara”.
Abrego García, de 30 años, se convirtió en un símbolo de las políticas migratorias de Trump cuando fue deportado erróneamente a su país natal en marzo. Ahora el gobierno republicano busca deportarlo nuevamente.
El caso de Kilmar Abrego García
La administración Trump lo deportó a El Salvador alegando que era miembro de la pandilla MS-13, acusación que él niega y por la que nunca fue procesado.
Su expulsión violó un fallo de un juez de inmigración estadounidense de 2019 que prohibía deportarlo allí. El juez determinó que Abrego García enfrentaba amenazas creíbles de una pandilla local que había extorsionado y aterrorizado a su familia.
Tras una orden de la Corte Suprema de Estados Unidos, la administración lo retornó al país en junio, pero solo para enfrentar cargos de tráfico de personas que sus abogados califican de absurdos y vengativos.
Ahora, la administración ha dicho que busca deportarlo a Uganda. Stephen Miller, subjefe de gabinete de la Casa Blanca y principal arquitecto de las políticas migratorias de Trump, dijo el viernes a periodistas que García “ha dicho que no quiere volver a El Salvador”.
Miller agregó que el gobierno está “honrando esa solicitud al ofrecerle un lugar alternativo donde vivir”.
En respuesta, Abrego García notificó al gobierno estadounidense que teme ser enviado a Uganda, país con antecedentes documentados de abusos a los derechos humanos. Señala que podría ser perseguido, torturado o incluso trasladado desde allí a El Salvador.
Sin embargo, incluso si logra frenar la deportación a Uganda en un tribunal de inmigración, probablemente enfrente intentos sucesivos de expulsión a otros países hasta que la administración consiga su objetivo, advirtió Rankin.
“Por pura estadística, no puedes ganar todos los casos”, dijo el abogado. “El gobierno ha invertido demasiado en lo que está haciendo con Kilmar y la inmigración en general como para simplemente rendirse”.
Kilmar Abrego García está tomando un riesgo
El asilo, sin embargo, podría terminar con la disputa. La solicitud centra nuevamente la atención en El Salvador, donde Abrego García ya había demostrado tener un temor creíble a la persecución de pandillas.
Pero se arriesga al reabrir su caso de inmigración de 2019, señaló Rankin. Si pierde la petición de asilo, un juez podría retirarle la protección contra la deportación a su país natal.
Eso podría enviarlo de regreso al Centro de Confinamiento del Terrorismo, o CECOT, la prisión en la que, según una demanda, sufrió golpizas, privación extrema del sueño y tortura psicológica. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha negado esas acusaciones.
Abrego García ya había solicitado asilo en 2019, pero el juez de inmigración lo negó porque lo presentó más de un año después de haber llegado a EEUU. Él había huido a Maryland sin documentos alrededor de 2011.
Sus abogados argumentarán probablemente que tiene derecho a pedir asilo ahora, porque lleva menos de un año en EEUU desde que fue deportado erróneamente en marzo, explicó Rankin.
Si se aprueba, el asilo podría darle residencia permanente y un camino hacia la ciudadanía.
“No van a soltar este caso”
La petición de asilo de Abrego García pasará por el sistema de cortes de inmigración de EEUU, que no forma parte del poder judicial, sino que depende del Departamento de Justicia, bajo autoridad de la administración Trump.
Ahí radica el riesgo.
Abrego García cuenta con un equipo de abogados, a diferencia de muchos otros migrantes, y un juez federal está supervisando su caso. Sus abogados presentaron una demanda en una corte federal de Maryland para garantizar que pueda ejercer sus derechos constitucionales y pelear contra la deportación en un tribunal de inmigración.
La jueza federal Paula Xinis no puede decidir si obtiene asilo o es deportado, pero afirmó que velará porque se respete su derecho al debido proceso. Su equipo insiste en que tiene derecho a audiencias y apelaciones, incluso hasta la Corte de Apelaciones del 4º Circuito.
“Incluso si logra ganar asilo, el gobierno va a apelar”, señaló Rankin. “No van a soltar este caso. ¿Por qué lo harían después de invertir meses y meses en este único hombre?”
Rankin destacó que, mientras Abrego García permanezca bajo la jurisdicción del 4º Circuito, ese tribunal aplicará sus leyes en el caso de asilo. Y añadió que ese circuito ha sido en general favorable hacia las solicitudes de asilo, lo que le daría a Abrego García “una oportunidad justa”.