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Psicología

¿Quieres dejar de sentirte triste y deprimido? Controla el uso de redes sociales

Pasar mucho tiempo en Facebook, Instagram o Snapchat hace que te sientas más triste y deprimido. Las últimas investigaciones muestran hasta qué punto estas plataformas afectan el estado emocional de los usuarios.
21 Nov 2018 – 01:15 PM EST
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Si las redes sociales te sirven para organizar un partido de fútbol entre tus amigos, eso es saludable. Si usas las redes sociales en lugar de jugar al fútbol, eso es no saludable. Crédito: iStock

Las redes sociales nos permiten estar más conectados que nunca pero, al mismo tiempo, puede que, en realidad, jamás hayamos estado más solos. El último capítulo en la larga saga de investigaciones que se adentran en esta paradoja procede de la Universidad de Pensilvania y muestra por primera vez una relación causa-efecto entre el tiempo que pasamos en las redes sociales y la incidencia de depresión o soledad.

Este estudio, que saldrá publicado en el número de diciembre de la revista Journal of Social and Clinical Psychology, observó que los participantes (estudiantes universitarios de entre 18 y 22 años) que redujeron de forma drástica (10 minutos al día) el uso de Facebook, Instagram o Snapchat disfrutaron de mejoras en su estado de ánimo y en la percepción de su propia vida.

“Ha sido chocante. Lo que encontramos es que las tasas de depresión y soledad se redujeron de forma significativa en el curso de tres semanas entre las personas que limitaron el uso de redes sociales”, dijo Melissa Hunt, profesora de psicología en la Universidad de Pensilvania y directora del estudio, titulado " No más FOMO: limitar el uso de redes sociales reduce la soledad y la depresión". FOMO es el acrónimo en inglés de Fear Of Missing Out, y refleja lo que desde hace tiempo es una epidemia: el miedo constante a perdernos algo, o estar en un lugar con la insoportable sensación de que algo importante ocurre al mismo tiempo en otro sitio.



Hunt y su equipo dividieron a los participantes en dos grupos. Uno redujo el tiempo de exposición a las redes a 10 minutos al día, mientras que el otro continuó con su uso habitual. Posteriormente, analizaron siete medidas que dan pistas sobre nuestra salud psicológica como el miedo a engancharse, la depresión, soledad o ansiedad. El primer grupo, como señalábamos, salió mucho mejor parado.

Reducir el uso de redes te hace sentir menos solo

La psicóloga no sugiere que los jóvenes abandonen para siempre las redes sociales, un objetivo poco realista. Lo que propone es limitar el tiempo de uso. “ Resulta irónico que reducir el uso de las redes sociales en realidad te haga sentir menos solo”, dice. Pero cuando se profundiza un poco más en los resultados, todo cobra sentido. “Parte de la literatura existente sobre redes sociales sugiere que en ellas hay una cantidad enorme de comparación social. Cuando sigues a otras personas, en particular en Instagram, es fácil concluir que la vida de los demás es mejor que la tuya”, asevera.

Este no es el primer estudio que encuentra vínculos entre el uso de redes sociales y la depresión y tristeza. Pero las investigaciones anteriores se referían a una simple correlación, mientras que en este caso se trata de una conexión causa-efecto. Es posible, señala Hunt, que la gente que se sienta sola y deprimida use sitios como Facebook porque está buscando más conexiones sociales. Pero el nuevo estudio sugiere que las tres redes sociales estudiadas están haciendo sentir peor a la gente, tanto los que se encontraban mal como los que no.

Falta replicar estos hallazgos en otros grupos de edad o en diferentes entornos. El estudio tampoco determina con exactitud el tiempo óptimo que los usuarios deberían invertir en las redes, ni da pistas sobre la mejor manera de usarlas. Pero Hunt destaca dos conclusiones importantes extrapolables a la población en general: en primer lugar, cuando no estás ocupado en generar más "me gusta", estás destinando más tiempo a cosas que probablemente te harán sentir mejor. Y en segundo lugar, teniendo en cuenta que estas herramientas están aquí para quedarse, la sociedad tiene que descubrir cómo usarlas de manera que limite los efectos dañinos.

¿Por qué nos hacen sentir mal las redes sociales? Este estudio de la Universidad de Stanford fue el pionero a la hora de analizar hasta qué punto uno se siente mal después de navegar por Facebook y observar las fotos, biografía y actualizaciones invariablemente dichosas de tus contactos. Los participantes en este estudio –estudiantes elegidos al azar– se mostraron convencidos de que “ todo el mundo disfrutaba de una vida perfecta”. Todo el mundo menos ellos, claro.


Queremos ser más felices que los demás

Si solo quisiéramos ser felices, sería fácil; pero queremos ser más felices que los demás, y esto es casi siempre difícil, ya que los creemos más felices de lo que son”, dijo Monstesquieu varios siglos atrás. Facebook tiene un poder especial para hacernos sentir más tristes y más solos. “Subrayando la versión más inteligente, divertida de la vida de la gente, e invitando las comparaciones constantes en las que tendemos a vernos como los perdedores, Facebook parece explotar el telón de Aquiles de la naturaleza humana", indica el estudio.

Los investigadores comprobaron hasta qué punto los participantes subestimaban las experiencias negativas de sus amigos en Facebook y, por el contrario, sobreestimaban las positivas. Por otra parte, resulta que cuanto más subestimaban las emociones negativas de otras personas, más solos y desdichados se sentían. Pero resulta que Facebook se caracteriza precisamente por eso: por la exhibición de las “propiedades” de uno en forma de un ejército de amigos, observaciones inteligentes, fotos de bebés perfectos que no lloran ni se hacen caca.

¿Y qué hay de la soledad? Las redes sociales nos permiten estar más conectados que nunca, pero jamás hemos estado más solos, ni hemos sido más narcisistas. Esta es la tesis de un interesante ensayo del novelista Stephen Marche. “Vivimos en una acelerada contradicción: cuanto más conectados, más solos estamos”, señala Marche. El autor apunta a la paradoja de que las redes sociales podrían estar contribuyendo al aislamiento que querían conquistar, y explica por qué. Entre otras cosas: es la calidad y no la cantidad de interacciones con otros lo que importa.

La profundidad de tu red social fuera de Facebook es lo que determina la profundidad de la red social dentro, y no al revés. En esta transferencia, lo que ocurre es que Facebook no destruye amistades, pero tampoco las crea. Si las redes sociales te sirven para organizar un partido de fútbol entre tus amigos, eso es saludable. El problema está cuando usas las redes sociales en lugar de jugar al fútbol.

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