Los doctores le dijeron dos veces a Isabel Martínez que se preparara para ver partir a su
pequeña Marcela. La primera al momento de parirla y la segunda justo antes de desconectarla de un respirador artificial tras 42 días de vida,
debido a una malformación congénita conocida como ectopia cordis que provoca que los bebés nazcan con el corazón parcial o totalmente fuera de su cuerpo.
En los 9 meses de embarazo, ningún
doctor pudo detectar la malformación de Marcela. Fue en el momento del parto que el médico junto a los padres para avisarle sobre esta anomalía
y les pidió ser conscientes de que su hija no iba a durar muchas horas.
“Pensé que era una mentira lo que me estaban diciendo (…)
porque durante todo mi embarazo me habían dicho que la bebé estaba bien”, recuerda Isabel.
Sin embargo, mientras los doctores esperaban el
fatal desenlace de la bebé, Marcela pronto comenzó a ganar peso y, aunque presentó diversas complicaciones como neumonía,
superó con valentía los primeros días.
Si bien la bebé ha logrado ir en contra de todos los pronósticos de los doctores, ahora su familia necesita con urgencia poder someterla a una cirugía
-que no se puede aplicar en su natal Guatemala- para que corrija de una vez por todas esta malformación.
Conscientes de esta necesidad, la comunidad de Jutiapa -donde vive la familia- ha emprendido diversas acciones para
recaudar los 250,000 dólares que se necesitan para trasladarla a los Estados Unidos y poder ser operada.