Según datos oficiales, unas 500,000 personas participaron en este despliegue, en su mayoría civiles, junto a 76,000 oficiales. La oposición criticó que se inviertan recursos en ejercicios que luchan contra enemigos imaginarios. Los ciudadanos rechazaron en las redes sociales que no se combatan el hambre ni la delincuencia, guerras que están perdiendo.