Los Dreamers salvan vidas durante la pandemia y merecen vivir sin la incertidumbre de su futuro

Imagina decirle a un terapeuta respiratorio, a una enfermera, al trabajador de una fábrica de respiradores artificiales, o al empleado de un supermercado que nuestro país no necesita de su ayuda para combatir el covid-19. Aunque suene inaudito, eso es exactamente lo que Estados Unidos está a punto de hacer si la Corte Suprema decide mantener la cruel y despiadada decisión del Presidente Trump de acabar con el programa de acción diferida para nuestros jóvenes inmigrantes conocido como DACA.
Creado en 2012, el programa DACA fue creado por la Administración de Obama después de años de incesable y admirable abogacía por parte de jóvenes inmigrantes indocumentados que fueron traídos a este país cuando eran niños, conocidos popularmente como Dreamers. El programa se basó en una propuesta simple: otorgarle protección temporal contra la deportación y un permiso de trabajo a Dreamers a cambio de su confianza y fe en registrarse con el gobierno. Más de 700,000 jóvenes, incluyendo casi 17,000 en mi estado de Nueva Jersey, lograron su sueño de salir de las sombras al entregarle voluntariamente información personal sobre ellos y sus familias a las mismas autoridades de las que se vieron obligados a esconderse durante la mayor parte de sus vidas.
En un momento en el que Nueva Jersey se enfrenta contra el segundo mayor número de casos de covid-19 en la nación, Dreamers como Daysi del condado de Monmouth están orgullosamente dando lo mejor de sí. Mientras estudia para culminar su grado de enfermería, Daisy ya está salvando vidas en su trabajo como técnico de atención al paciente en un hospital. El hecho de que Daysi sea una Dreamer que llegó desde Centroamérica con tan solo nueve años de edad, no le importa, ni le debería importar, a los pacientes que dependen de su cuidado. Lo que les importa es que ella venga a trabajar todos los días.
Al igual que Daysi, miles de Dreamers se han desempeñado en carreras al servicio de otros, desde la enseñanza en nuestras escuelas hasta el servicio militar y la práctica de enfermería y medicina. Al día de hoy, más de 200,000 de ellos están en la primera línea de batalla contra la pandemia del covid-19, incluidos 29,000 que trabajan directamente en nuestro sistema de atención médica.
Así como muchos estadounidenses, ellos orgullosamente arriesgan sus vidas a diario en hospitales sobrecargados por pacientes con coronavirus. Los inmigrantes trabajan en turnos dobles para cuidar a los enfermos, traducirle diagnósticos a pacientes y familiares, consolar a los moribundos y, lamentablemente, a veces lo hacen sin el equipo de protección personal que necesitan para protegerse a sí mismos y a sus familias del virus.
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Independientemente de su lugar de nacimiento, ellos representan, sin duda alguno, lo mejor de nuestra nación. Es por ello que cuando pensamos y reconocemos a aquellos que arriesgan su vida para proteger la nuestra durante esta pandemia, debemos reconocer la humanidad de nuestros Dreamers, admirar su trabajo y comprometernos a no darles la espalda.
Para los beneficiarios de DACA y sus familias, incluyendo a 254,000 niños nacidos en Estados Unidos, la posibilidad de ser expulsados del único país al que consideran su hogar es desgarrador. El sacar a nuestros Dreamers de la fuerza laboral y separar a estas familias durante una terrible pandemia global y una crisis económica sin precedentes, no solo sería desalmado y antiestadounidense, sino que no tiene sentido alguno.
Aunque parezca obvio para la gran mayoría de nosotros, en estos momentos de pandemia necesitamos más profesionales de la salud como Daysi en la primera línea, no menos. La deportación de miles de paramédicos, médicos, enfermeras, estudiantes y personal hospitalario sería catastrófico para nuestro país.
Ahora es el momento de apuntalar la lucha en contra esta pandemia, salvar vidas y hacer todo lo posible para mantener a flote las familias más afectadas por una inesperada recesión económica. Eso significa admirar el coraje, el sacrificio y el ingenio de los Dreamers, que solo quieren continuar sirviendo a sus comunidades y contribuir a este país en medio de una crisis la cual no se compara a nada que hayamos visto antes.
Debemos estar unidos en esta lucha, no divididos, las vidas de muchos dependen de ello. Es por eso que me uní a un grupo de colegas esta semana para exigirle al presidente Trump que extienda automáticamente las autorizaciones de trabajo de todos los beneficiarios de DACA inmediatamente. También seguimos urgiéndole a la mayoría republicana del Senado que se coloque la mano al corazón y se unan a los demócratas para aprobar el proyecto de ley de Sueño y Promesa de Estados Unidos de 2019 (H.R.6) y proteger a nuestros Dreamers de las garras de esta administración.
Aunque el Presidente Trump le puso un fin al DACA porque se negó a aceptar el valor de los Dreamers para nuestras comunidades, se debe aprender de los errores. En un momento en que miles mueren y millones más sufren en esta economía, no podemos darnos el lujo de más heridas auto-infligidas que solo obstaculizan nuestra respuesta nacional a esta pandemia.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.