El ala liberal demócrata empieza a reclamar espacios e influencia en el próximo gobierno de Biden
Joe Biden se impuso en los votos electorales y en el voto popular pero los resultados decepcionantes que el Partido Demócrata obtuvo en las elecciones legislativas han dado pie a un rudo intercambio público de acusaciones que desnudan una profunda fractura intrapartidista.
Las expectativas de muchos era que un errático manejo del presidente republicano, Donald Trump, a la pandemia del coronavirus generara una avalancha de votos a favor de candidatos demócratas, una suerte de 'avalancha azul'.
Pero los demócratas están obligados a ganar las dos elecciones de segunda vuelta previstas para enero en Georgia si desean alcanzar la mayoría en el Senado por la mínima diferencia, al no haber logrado desplazar a republicano alguno este pasado 3 de noviembre. Y la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes se reducirá sustancialmente respecto a los 232 escaños actuales, pese a que el liderazgo aspiraba a ampliarla.
La asignación de culpas empezó inmediatamente.
Durante ese debate han surgido los estandartes del ala más liberal del partido con la meta de reclamar espacios e influencia durante una próxima administración demócrata, después de haber puesto de lado sus diferencias ideológicas con Biden para alcanzar la meta común de desplazar de la presidencia a Trump.
El senador Bernie Sanders, un independiente que suele votar con los demócratas y quien ha aspirado a la presidencia en 2016 y 2020 identificándose como "socialista", anunció su expectativa de integrar el gabinete de Biden como secretario del Trabajo.
"Si yo tuviese un portafolio que me permitiera defender a las familias trabajadoras, ¿lo haría? Sí, lo haría", respondió Sanders cuando el presentador de CNN Wolf Blitzer le preguntó el pasado miércoles si aceptaría ese cargo.
Críticas cruzadas
La legisladora neoyorquina Alexandria Ocasio-Cortez ha cobrado aún más prominencia al rebatir los señalamientos vertidos desde el sector moderado de que posturas liberales, como restarle fondos a las policías y atención médica universal, le costaron escaños a la bancada demócrata.
"Necesitamos no usar jamás las palabras 'socialista' o 'socialismo'. Porque mientras la gente piensa que no importa, sí importa. Y perdimos miembros buenos debido a eso", dijo la legisladora Abigail Spanberger, quien a duras penas logró la reelección en un distrito conservador de Virginia, durante una conferencia telefónica que su bancada celebró la semana pasada.
Ocasio-Cortez respondió que la responsabilidad no es de los más liberales, sino de campañas que no invierten suficiente en las redes sociales y en un Partido Demócrata que adolece de "competencias básicas".
"No veo cómo nadie puede estar haciendo señalamientos ideológicos cuando no realizaron una campaña electoral a plenitud", señaló al diario The New York Times Ocasio-Cortez, quien llegó al Congreso en 2018 imponiéndose a la maquinaria partidista.
"Durante los últimos dos años, los candidatos progresistas y yo hemos desplazado legisladores demócratas poderosos apoyados por el Partido. Ni una vez el Partido me ha preguntado cuáles debilidades vi en sus campañas. Si ellos dejan de culpar a los progresistas, podemos ayudar", escribió AOC en Twitter, donde cuenta con 10 millones de seguidores.
Además de sus críticas sobre el aspecto operativo, la neoyorquina de ancestros boricuas de 31 años dejó al descubierto una brecha racial y generacional dentro del Partido, liderado por el presidente electo Biden (de 77 años), la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (de 80 años), y el jefe de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer (de 69 años).
Mira también: