Maestros de yoga son acusados de volverse millonarios explotando a sus alumnos
Tres dueños de una popular cadena de estudios de yoga fueron arrestados este miércoles por supuestamente establecer un esquema delictivo de evasión fiscal basado en la explotación y la manipulación de sus alumnos y empleados en California, Nueva York, Florida y otros estados.
El gobierno alega que ellos ganaron más de 20 millones de dólares y tenían una vida llena de lujos, pero jamás le pagaron un solo centavo al Servicio de Rentas Internas (IRS).
La acusación describe que evitaron su responsabilidad porque recibían donaciones en efectivo por las clases de yoga, manejaban las finanzas del negocio fuera de los libros contables y usaron a estudiantes como prestanombres en sucursales que abrieron cerca de universidades.
Gregory Gumucio, Michael Anderson y Haven Soliman, propietarios de la empresa Yoga to the People, enfrentan un cargo de conspiración para defraudar al IRS y otros cinco de evasión fiscal. Por los seis delitos enfrentan una condena de hasta 30 años de prisión. Los tres fueron detenidos este miércoles sin incidentes en el estado de Washington.
Gumucio, de 61 años, es el fundador, dueño principal y director ejecutivo de Yoga to the People; Anderson es copropietario y director financiero de la cadena; y Soliman es socio, director de comunicaciones y se encargaba de la capacitación de instructores.
Yoga to the People comenzó en 2006 con un estudio en Lower East Side de Manhattan y se volvió extremadamente popular porque no exigían un pago fijo, sino donativos. En los años siguientes abrió al menos 20 sucursales o entidades afiliadas en toda la ciudad de Nueva York y en varios otros lugares, incluyendo California, Colorado, Arizona, Florida y Washington.
Ya que sus clientes son principalmente jóvenes universitarios, los estudios se localizan en las cercanías de los campus universitarios en Nueva York, Seattle (Washington), San Francisco y Berkeley (California).
A la par tenían un programa de formación de instructores que obtuvo ingresos sustanciales. Según los fiscales, un empleado reveló que esos cursos eran “una gran fuente de ingresos”, pues cobraban una matrícula de $2,000. Se impartían dos veces al año y algunas clases llegaron a tener hasta 60 aspirantes. Si los trabajadores no reclutaban a suficientes alumnos “eran amonestados”, dijo el informante.
“De 2010 a 2020, YTTP (Yoga to the People) y sus afiliados generaron ingresos brutos por más de 20 millones de dólares. Sin embargo, YTTP nunca presentó una declaración de impuestos corporativos ante el IRS”, asegura un comunicado del Distrito Sur de Nueva York del Departamento de Justicia.
Pero sus ingresos millonarios sí fueron expuestos en solicitudes de préstamos, trámites de alquileres de propiedades y documentos bancarios, así como en su extravagante estilo de vida, “que incluía viajes frecuentes al extranjero; comidas y ropa costosas; boletos de temporada de la NFL (Liga Nacional de Futbol Americano); renta de casas para caballos y paseos a caballo”, señala el comunicado.
Impartiendo clases sin recibir un sueldo
La rutina en los estudios de Yoga to the People era que al concluir las clases se pasaba una caja para pañuelos de papel entre los alumnos para que depositaran donaciones. Les decían que con ese dinero cubrirían el salario del instructor, la renta del local, los gastos de servicios públicos, etcétera.
Otro empleado de la cadena dijo a los detectives que al final del día se llenaban hasta 12 cajas llenas de billetes, pero tenían prohibido contar las ganancias. Todo se llevaba al apartamento de Gumucio en St. Marks Place, Nueva York, donde se separaban los billetes por denominación y se contaban. Fueron hasta diez personas a la llamada “casa de yoga” para organizar el efectivo, según el trabajador.
Cuando Gumucio no estaba en su vivienda, pedía que colocaran el dinero en un estuche para guitarra y le dijeran cuánto habían recibido. A veces la cifra superaba los 30,000 dólares, dijo ese informante.
El IRS cree que, “usando cifras conservadoras”, Gumucio tuvo ingresos superiores a 1.6 millones de dólares de 2015 a 2020; su socio Anderson ganó al menos 2.1 millones de dólares en ese período; y Soliman se embolsó unos 961,000 dólares. Sin embargo, jamás lo declararon al IRS.
El gobierno afirma que el uso de efectivo fue su principal método para operar fuera del radar fiscal: así les pagaban a los instructores y prohibían administrar los estudios con tarjetas de crédito o débito.
Tampoco tenían una oficina corporativa, ni libros contables. Para evitar que los registraran legalmente como dueños de los locales, buscaban a mujeres jóvenes para que aparecieran como propietarias, sin saber que eran sus prestanombres y ellas asumían el riesgo financiero. En realidad, los acusados tomaban todas las decisiones comerciales y se quedaban con las ganancias, señala la Fiscalía.
Otro aspecto de su modus operandi era explotar lo más posible a estudiantes y empleados. “Gumucio maximizó sus ingresos no declarados manipulando a sus subordinados para que proporcionaran mano de obra gratuita (por ejemplo, impartir clases sin paga, contar efectivo, limpiar los estudios de yoga, depositar efectivo en cuentas bancarias, etcétera)”, describe la acusación.
“Como se alega, los acusados operaron un lucrativo negocio de yoga en todo el país que generó más de 20 millones de dólares y ganancias sustanciales a cada uno, lo que les permitió tener lujosos estilos de vida. Sin embargo, los acusados optaron por no presentar declaraciones ni pagar impuestos durante al menos siete años consecutivos”, dijo el fiscal Damian Williams en el comunicado.
Thomas Fattorusso, encargado de la oficina de investigaciones criminales del IRS en Nueva York, lo describió como “una red sofisticada” que evadió impuestos y se benefició de la mano de obra gratuita.
“Los arrestos y cargos interpuestos hoy son el inicio contra esta estafa de años y el primer paso para responsabilizar a estos acusados por sus presuntos delitos”, señaló el funcionario.
Esta investigación sigue en curso. Las autoridades les piden a las víctimas potenciales de los dueños de Yoga to the People que los denuncien enviando un correo electrónico a usanys.yttpcase@usdoj.gov