Trump mantiene en pie cuatro ejecuciones federales durante la transición de gobierno y rompe así una tradición centenaria
Durante 131 años, los presidentes salientes de EEUU suspendieron las ejecuciones federales durante el período de transición. Pero Donald Trump no está prestando atención a esa tradición. Hay cuatro planificadas hasta el 15 de enero, cinco días antes de que Joe Biden tome posesión de su cargo.
Este jueves, se efectuó la del afroestadounidense Brandon Bernard, condenado por un doble homicidio cometido en 1999. Es la novena ejecución federal durante el segundo semestre del año, una racha sin precedentes que comenzó cuando el gobierno de Trump las reanudó tras una pausa de 17 años. Antes de julio, solo había habido tres en los últimos 45 años. Biden se comprometió a poner fin a las ejecuciones federales.
La última vez que se produjeron en un período de transición fue durante la presidencia de Grover Cleveland en la década de 1890.
Las ejecuciones programadas tendrán lugar, además, en medio del alarmante aumento de contagios de coronavirus en las prisiones federales, que no solo afecta a los internos sino también a los funcionarios de cárceles, a testigos y familiares de los reclusos. El propio Buró Federal de Prisiones (BOP) admite " la rápida evolución de esta crisis de salud pública" en sus instalaciones .
Un total de 6,477 reclusos federales y 1,662 empleados están contagiados con covíd-19, según el BOP. Hasta ahora, 24% de la población penal federal del país se ha infectado. Esa es la razón por la que presos, abogados y organizaciones de derechos humanos piden el cese de las ejecuciones federales hasta que la pandemia esté controlada en Estados Unidos.
El fiscal general, William Barr, ha programado otras cuatro ejecuciones antes de que Biden asuma el poder el próximo 20 de enero: este viernes está prevista la de Alfred Bourgeois, condenado a muerte por la tortura y asesinato de su hija de 2 años. Se realizará en la prisión federal Terre Haute, donde hasta el miércoles había más de 200 reos con covid-19 y en la que nueve personas se contagiaron tras una ejecución federal en noviembre.
Las otras tres están agendadas para la semana del 11 de enero; una de ellas es la de una mujer blanca, que sería la primera prisionera ejecutada por el gobierno federal en casi seis décadas.
El caso de Brandon Bernard
A las 9:27 pm de este jueves, Bernard, de 40 años, fue declarado muerto tras recibir la inyección letal en la prisión en Terre Haute, Indiana.
Bernard fue condenado por su papel en un doble asesinato en 1999 cometido en Texas cuando tenía 18 años.
"Lo siento... Desearía poder retractarme (de lo hecho) pero no puedo", dijo Bernard a la familia Bagley durante los tres minutos que le concedieron para decir sus últimas palabras. "Esas son las únicas palabras que puedo decir y que reflejan completamente cómo me siento ahora y cómo me sentí ese día".
Él y otros cuatro adolescentes afroestadounidenses secuestraron a Todd y Stacie Bagley, una pareja blanca de Iowa. Los obligaron a retirar efectivo antes de dispararles y quemarlos en su automóvil.
Debido a que el crimen tuvo lugar en una base militar estadounidense, fue juzgado en un tribunal federal.
El autor de los disparos, Christopher Vialva, entonces de 19 años, y Bernard fueron condenados a muerte en el año 2000.
Vialva fue ejecutado mediante inyección letal en septiembre, pero otros participantes en los hechos que tenían menos de 17 años en ese momento se salvaron de la pena de muerte.
"Brandon cometió un terrible error a los 18 años. Pero no mató a nadie, y nunca dejó de sentir vergüenza y profundo remordimiento", dijo su abogado Robert C. Owen tras la ejecución.
Un caso de alto perfil
El profesor de derecho de Harvard Alan Dershowitz, que defendió a Trump durante el impeachment en enero, se unió al equipo legal de Bernard menos de dos horas antes de la ejecución. Ken Starr, otro abogado de alto perfil que argumentó que Trump no debía ser impugnado, también se había unido al caso de Bernard.
La defensa había pedido a la Corte Suprema de Justicia retrasar la ejecución por dos semanas, pero la solicitud fue denegada, con los votos en contra de los magistrados Stephen Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan.
Más de 500,000 personas firmaron peticiones instando a Trump a conmutar la sentencia de Bernard por cadena perpetua, citando su edad en el momento del crimen y su buen comportamiento como preso.
Entre los que prestaron su apoyo a Bernard figura la estrella de reality show Kim Kardashian.
"Si bien Brandon participó en este crimen, su papel fue menor en comparación con el de los otros adolescentes involucrados, dos de los cuales están en casa ahora", escribió Kardashian en su cuenta de Twitter.
Desde que la Corte Suprema restituyó en 1976 la pena de muerte, 1,528 presos han sido ejecutados en el país, aunque tan solo doce de ellos por parte del gobierno federal.