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Barcelona busca convertirse en la capital del vegetarianismo

La ciudad catalana se declaró formalmente “veg friendly” y está tomando una serie de medidas para ser referente al respecto.
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8 Jul 2016 – 03:00 PM EDT
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Tapas en la Marqueta la Boquería en Barcelona. Crédito: Adam Wyles/Flickr

Convertirse en vegetariano suele ser una decisión estrictamente personal, pero este año es una ciudad entera la que se suma a este movimiento. Barcelona ha sido la primera ciudad del mundo en declararse de forma oficial “veg friendly” y “amiga de la cultura vegana y vegetariana”.

Presentada en el ayuntamiento por Esquerra Republicana, la iniciativa fue debatida y aprobada en un pleno con el apoyo de todos los partidos excepto dos (el Partido Popular y Ciudadanos se abstuvieron, es decir, ocho de 41 representantes) en marzo de 2016, aunque las organizaciones no gubernamentales que la impulsan –la asociación animalista Libera! y la fundación Franz Weber– llevaban trabajando en ello desde hace más de un año.

“Veíamos que en los últimos años se estaba experimentando un auge importante del consumo vegetariano y vegano, no sólo en términos de gastronomía, sino de otros factores como la ropa, el calzado… pero esto no se ponía en valor. Barcelona no salía en las listas de ciudades internacionales sensibilizadas con el tema ni se reivindicaba de forma oficial”, explica Rosi Carro, coordinadora de campañas de Libera! “Buscábamos un concepto que también pudiera ser conocido a nivel internacional porque lo que perseguimos es crear propuestas que se puedan replicar en otros lugares del mundo”.

De hecho, desde que Barcelona abrió la veda, dos ciudades más se han declarado veg friendly en España, la vasca Vitoria-Gasteiz y la canaria Arrecife. Las tres se encuentran en contacto para intercambiar ideas y compartir dinámicas comunes.

Esta declaración de Barcelona como ciudad Veg Friendly se centrará en tres acciones concretas, las que buscan fomentar e informar sobre opciones de consumo:

- La creación del BCN Veg Point, un espacio para la información general y el encuentro entre consumidores y emprendedores. A la espera de que el Ayuntamiento decida un lugar concreto y céntrico, se está trabajando en crear primero una oficina virtual. Además, Barcelona será sede de congresos científicos sobre vegetarianismo, veganismo y consumo sostenible.

- El lanzamiento de una nueva edición de la guía vegetariana y vegana de Barcelona (la anterior es de 2012) en papel y como una app. Aquí se incluirán restaurantes y establecimientos de todo tipo que tengan alternativas de este tipo.

- La adhesión de la ciudad a la iniciativa de los lunes sin carne ( Meat Free Monday). Toda la comida proveniente del ayuntamiento incluiría, al menos los lunes, una opción vegetariana. Esta medida ha creado cierta polémica porque afectaría a, entre otros, comedores escolares, aunque hay que recordar que el menú sin carne no será obligatorio sino voluntario.

“La clave sería que los restaurantes tomasen conciencia y su oferta no se restringiese a platos con patatas y cuatro verduras, sino que elaborasen menús equilibrados nutricionalmente”, dice Eneida Horta, una barcelonesa vegetariana. Precisamente esta es una de las preocupaciones señaladas por Rosi Carro a la hora de implicar a los dueños de restaurantes en el proyecto.

De la misma opinión es Jon Giraldo, chef colombiano propietario junto a Jaime Lieberman del restaurante Spoonik. “No estaría de más formar correctamente a los cocineros en dietética, porque para cocinar vegetariano o vegano hay que saber realizar el reemplazo proteico”, dice Giraldo.

Xavier Pellicer, de Céleri, restaurante no vegetariano estricto pero donde las verduras son las protagonistas, ve con buenos ojos la iniciativa, sobre todo en lo que atañe a la normalización del vegetarianismo: “Es un paso adelante hacia dar contenido y resaltar la importancia que tiene esta alimentación, y a nivel educacional será importante”.

Pero entre los chefs también hay cierto escepticismo: “Si alguien no come algo el cambio que realizamos es a plato vegano por defecto", dice Jon Giraldo. "Pero declarar la ciudad Veg friendly da un mensaje de que puedes llegar a cualquier restaurante a pedir opción vegetariana o vegana y tampoco es eso, porque es tan absurdo exigir una opción vegana en un restaurante omnívoro como lo sería pedir un lomo de vaca vieja en un restaurante vegetariano”.

El proyecto todavía se encuentra en fase embrionaria. En la actualidad no existen datos oficiales del número de vegetarianos y veganos residentes en Barcelona, pero se estima que, por lo bajo, serían al menos 65,000. Instituciones oficiales y asociaciones están trabajando de forma activa en el tema pero factores decisivos, como el presupuesto con el que contarán, aún están por definir. Desde Libera! esperan que en septiembre empiecen a materializarse las medidas concretas, y defienden la implicación del Ayuntamiento como una garantía.

“Si la sociedad se organiza a través de la política, entendemos que la forma de cambiar esa sociedad es mediante políticas públicas. Y es así como éstas funcionan a nivel oficial: primero se hace la proclamación y luego se trabaja sobre ello. Puede ser un proceso lento para algunos, pero sí garantizamos que será una realidad, no se va a quedar en una mera declaración sobre el papel”, afirma Rosi Carro.

Por otro lado, algunas voces han criticado que en la moción se mencione de forma explícita el deseo de atraer al turismo vegano y vegetariano. Hay que tener en cuenta que Barcelona vive una relación ambigua con sus visitantes: por un lado es una de sus principales fuentes de ingresos, pero por otra buena parte de la población vive con malestar el impacto que el gran número de turistas genera, sobre todo en los barrios más céntricos, donde se ve incremento de precios, desaparición de comercio tradicional y una merma de la calidad de vida de los vecinos.

La idea de aprovechar el título de Barcelona como ciudad amiga de la cultura vegana para atraer a este tipo de visitante es vista con escepticismo por los que dudan que estas medidas vayan a provocar un cambio de hábitos real en la ciudadanía, y encuentran en ella un afán “marquetero” de promocionar aún más la ciudad en el exterior con un enfoque nuevo e inexplorado. “Todo sea por fomentar ese turismo lo más trendy y cool posible”, escribía con ironía el nutricionista Juan Revenga.

Los impulsores del proyecto defienden que precisamente esa imagen de Barcelona en el exterior es uno de los factores que les animaron a desarrollar su propuesta, con la intención de que pudiera emularse en otros lugares como de hecho ya está ocurriendo. “No rehuímos la importancia del enfoque turístico”, afirma Rosi Carro. “Si lo que buscamos es también aglutinar a empresarios y comerciantes, el atractivo económico ha de ponerse en relieve”. Además, agrega Carro, Barcelona tiene una tradición de protección animal, la que los llevó a prohibir las corridas de toros y los espectáculos con animales.

Más que nadie, las asociaciones promotoras de BCN Veg Friendly son conscientes de que esto no consiste sólo en dejar de usar carne y pescado en la cocina. El fomento del vegetarianismo y el veganismo debe venir acompañado de una conciencia hacia los productos de proximidad, los materiales sostenibles o los alimentos de temporada para constituir un enfoque totalmente distinto de consumo. Porque, en realidad, volviendo al inicio de este texto, la decisión de qué comer y qué no nunca es individual ni solitaria. Si lo personal es político, pocas decisiones tan llenas de consecuencias e implicaciones como la de qué comemos.

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