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Nicaragua

El complejo futuro inmediato de la oposición nicaragüense tras la detención de Cristiana Chamorro

Expertos coinciden que la Alianza Ciudadanos por la Libertad —la agrupación que pretende dar techo a la dividida oposición bajo su casilla electoral— debe desconocer el mandato “ilegítimo” del Ministerio Público que dirige una investigación de supuesto lavado de dinero en contra de Chamorro.
6 Jun 2021 – 03:53 PM EDT
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MANAGUA, Nicaragua. - La decisión del gobierno de Daniel Ortega de inhibir e imponer casa por cárcel a la precandidata presidencial Cristiana Chamorro ha complicado el futuro inmediato de la oposición nicaragüense de cara a las elecciones programadas para noviembre próximo: deberán elegir entre seguir las reglas del proceso electoral que el régimen sandinista ha impuesto o rechazar de plano un proceso que organismos nacionales e internacionales califican desde ya como viciado. Y, en ese sentido, cerrar filas con la precandidata presidencial detenida bajo casa por cárcel.

Expertos consultados por Univision Noticias coinciden que la Alianza Ciudadanos por la Libertad —la agrupación que pretende dar techo a la dividida oposición bajo su casilla electoral— debe desconocer el mandato “ilegítimo” del Ministerio Público que dirige una investigación de supuesto lavado de dinero en contra de Chamorro, y respaldar a la precandidata que, según las encuestas, más simpatías genera sobre los demás aspirantes presidenciales.

La escalada represiva contra Chamorro ocurrió un día después de que llegara a la sede del Partido Ciudadanos por la Libertad (CxL) para iniciar el proceso de inscripción de candidatura en el mecanismo de selección de un candidato único para medirse a Ortega. Ese mismo día, el Ministerio Público notificó la “inhibición” de la aspirante a cualquier cargo público por los supuestos delitos que se le acusan. A esto le siguió una orden de allanamiento y captura ejecutada por la jueza orteguista Karen Chavarría Morales, y que derivó en la imposición de casa por cárcel bajo aislamiento.

Este sábado, también fue detenido el aspirante opositor Arturo Cruz por supuestamente “atentar contra la sociedad nicaragüense y los derechos del pueblo”, según dijo el Ministerio Público.

“Estos son momentos definitorios para la oposición”, dijo el abogado y activista político Juan Diego Barberena. “Sin lugar a dudas hay un dilema: o aceptamos las reglas de la dictadura, que implica ir a estas elecciones como corderitos y conformarnos con un segundo lugar, o rechazamos estas reglas, incorporamos a todas las organizaciones opositoras que han encarado materialmente al régimen y asumimos las consecuencias”, agregó.


Barberena asegura que también es un proceso de definición para CxL, que en reiteradas ocasiones ha dicho ser “el mejor vehículo electoral”. Hasta el momento representa la única casilla en la que puede competir la oposición, debido a la inhibición del Partido Restauración Democrática (PRD) por el Consejo Supremo Electoral (CSE) a inicios de mayo.

“CxL debe abrir sus puertas para todos, continuar con el proceso interno de sus precandidatos asumiendo las consecuencias de que el régimen le quite la personalidad jurídica y el voto. Llegará después el momento donde se tomará la decisión si se participa o no”, expresó.

Cristiana, la candidata independiente

La oposición en Nicaragua ha estado dividida en dos grandes bloques. El primero, la Coalición Nacional, una plataforma que aglutina a la mayoría de sectores sociales que encabezaron las protestas sociales de 2018. Ortega ha demostrado con sus acciones que no desea una participación política en las elecciones de estos sectores, debido a que son una oposición más beligerante y cuya característica de sociedad civil apuesta siempre por la presión en las calles.

La casilla de la Coalición Nacional era el PRD. Por el otro lado está la Alianza Ciudadanos por la Libertad, conformada por el partido CxL y la Alianza Cívica, una plataforma surgida a raíz de los sucesos de abril, y que quedó bajo la influencia del empresariado. Esa es la única casilla electoral disponible para la oposición.

Ambos bloques llevan más de un año en constantes desavenencias que han impedido la tan anhelada unidad opositora.

A principios de este año, Cristiana Chamorro anunció su candidatura, independiente de ambos bloques opositores. Las repetidas encuestas publicadas por la firma Cid-Gallup han demostrado su popularidad y los resultados que la ubican por encima de los diez precandidatos opositores que existen en la oposición.

La figura de Chamorro —gracias al legado moral de sus padres, la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro y el periodista Pedro Joaquín Chamorro, asesinado a balazos en 1978 por la dictadura somocista— la perfilaron como la ideal para cohesionar por fin a la dividida oposición.

Sin embargo, cuando acudió a inscribirse al proceso de selección de candidato único de la Alianza Ciudadanos por la Libertad, fue inhibida de inmediato por el régimen sandinista, que semanas atrás había iniciado en su contra la investigación por el supuesto delito de lavado de dinero.

Camino accidentado hacia una elección libre

El camino de la oposición para aspirar a competir en un proceso libre se presenta cada día más accidentado. Con la inhibición de Chamorro, la Alianza Ciudadana dijo que seguirá respaldando sus aspiraciones y la inscripción al mecanismo. Pero tras la detención de la precandidata, el panorama se vuelve más sombrío para esta agrupación política, quien ha reiterado que “defenderá el voto” incluso en los peores escenarios.

Lo cierto es que la opción de CxL no inspira encanto en los nicaragüenses, según las recientes encuestas de la firma CID-Gallup, que ubican a dicho partido político en un 2 por ciento de preferencia electoral. La agrupación política solo ha participado en dos elecciones: en las municipales del 2017 y las regionales del 2019. Su participación fue cuestionada por sectores de la sociedad civil, quienes alegaron que en medio de la represión policial se “prestó” a validar otro proceso viciado.

Para Max Jerez, miembro del Comité de Enlace de la Alianza Ciudadana, los opositores se encaminan a “una lucha de relevos”.

“Todos los precandidatos ahora están conscientes que frente a la insistencia de Ortega de quitar posibles candidaturas debe promoverse más la solidaridad entre candidatos para apoyar a una opción que sea viable en el sentido del que quede, siga dando la batalla”, dijo.


Según el excanciller José Pallais, Ortega hizo una microcirugía con Cristiana Chamorro y envió un mensaje a la Alianza Ciudadanos por la Libertad: si albergan a candidatos que el régimen considere indeseables, les puede quitar la personería jurídica del partido, y perder la casilla. Como hizo con el PRD. El sistema electoral está totalmente controlado por el mandatario sandinista.

“Toda participación en un proceso electoral debe adecuar conductas y estrategias. Participar bajo las reglas de Ortega, fortalecen a Ortega. Hay algunos que dicen que puede cambiar en el último minuto… yo les hago la siguiente reflexión: si un ladrón se mete a tu casa, y lo descubrís, y mata al jefe de familia, que lo descubre, ese ladrón no va a dejar tirado el botín después de haber matado a alguien. Y qué es lo que va a hacer Ortega: va a buscar cómplices, encubridores”, dijo Pallais.

Ante estos hechos, los bloques de oposición se han “solidarizado” con Cristiana Chamorro, pero más allá de eso, “la unidad consolidada alrededor de las candidaturas deben articular un mensaje claro y firme de completo respaldo a Cristiana Chamorro”, aseguró la socióloga e investigadora Elvira Cuadra.

“Esta puede ser una oportunidad, pero también un punto de inflexión. Ortega ha venido construyendo un escenario controlado a su favor, y lo ha hecho desde finales de 2020 con la aprobación de las leyes represivas que hoy usa para inhibir candidaturas que no son de su agrado”.

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