Ayuda de Impacto: A pesar de grabar la afamada canción 'Burrito Sabanero', Ricardo Cuenci lucha por tener una vida digna y ayudar a los suyos
Desde hace más de 50 años, la voz de Ricardo Cuenci nos acompaña durante las fiestas decembrinas, pero pocos saben quién es y la vida tan dura que lleva a pesar de tanta felicidad que nos ha dado.
En 1972 nació en Venezuela la canción ‘El Burrito Sabanero’, un villancico que de inmediato se hizo popular gracias a la voz de Cuenci, quien era un niño que no se imaginaba la trascendencia que iba a alcanzar dicha melodía.
Ricardo no olvida aquel día, con ocho años cumplidos, en el que lo seleccionaron casi por casualidad para cantar ‘El Burrito Sabanero’, luego de que los productores no encontraban al niño indicado para la melodía.
“Estaban grabando en un estudio y escuchaba que sacaban a uno, a otro y a otro más, por lo que me puse a practicar afuera, en un pasillo”, recuerda Cuenci, quien pertenecía al Coro Infantil Venezuela.
Al darse cuenta del talento que tenía, los encargados de la producción lo hicieron entrar para grabar y, aunque el pequeño pronunciaba tabanero y no sabanero, la canción quedó registrada.
A partir de esa curiosa casualidad, la canción se volvió tan popular que, medio siglo después, se ha convertido en una melodía casi de culto que se repite una y otra vez en épocas decembrinas.
Sin embargo, lejos de esa popularidad, la vida de Cuenci ha transitado por diversos infortunios, comenzando por el hecho de que solo le pagaron una bicicleta por haber puesto su voz en la canción.
“Me imagino que fue una millonada lo que ellos ganaron”, se queja Cuenci, quien siempre ha tenido que trabajar arduamente. “Porque la vida no queda hasta allí, la vida continúa”, asegura.
No obstante, el año pasado, Ricardo recibió la ayuda del youtuber y músico César Muñoz, quien investigó lo que había pasado con Cuenci, lo entrevistó y abrió una cuenta de GoFundMe para ayudarlo, logrando recolectar más de 35,000 dólares.
A pesar de este gesto y de la emoción de Cuenci por la generosidad de la gente, hasta el momento el hombre no ha podido cobrar todo el dinero, ya que necesita ayuda de un residente legal de Estados Unidos.
Para lograr eso, Ricardo confió en una conocida de una prima, quien lo convenció para poner una cuenta a su nombre, sin que le entregara todo el monto completo.
Lejos de deprimirse por la traición de esta persona, Cuenci asegura no sentirse triste y sí “orgulloso de que la gente me haya conocido y me haya brindado su generosidad”, aunque espera que pronto se le haga justicia y pueda contar con todo el dinero.
Con su buena actitud, Ricardo precisa que el dinero que le alcanzó a llegar pudo comprarle una silla de ruedas a mi mamá, debido a que la que tenía estaba bastante deteriorada y pudo comprarse una vivienda humilde, luego de que su anterior casa fue desmantelada.
Ahora, Cuenci anhela tener una vida tranquila y seguir ayudando a los suyos, sobre todo a las cuatro personas con discapacidad a las que tiene que mantener, además de su sobrina con síndrome de Down.
“Nunca me ha gustado mendigar ni limosnearle a nadie, simplemente quiero justicia. Pero si hay una persona que quiera brindarme esa oportunidad, esa ayuda será retribuida”, afirma Cuenci, siempre optimista.
Si alguien desea ayudarlo, puede hacer sus donaciones en su cuenta del Banco de Venezuela a nombre de Ricardo José Cuenci Morales, cuenta corriente No. 01020652920000106975.
Además, también se puede comunicar en Venezuela al número +58 414-298-8662.