La madrugada del lunes 4 de agosto, a las 4:39 a.m.,
una ráfaga de 90 millas por hora sacudió el aeropuerto DFW, rompiendo un récord. Según nuestra meteoróloga Nelly Carreño,
el viento fue causado por una microrráfaga asociada a una tormenta eléctrica que impactó un campo despejado hacia el este, cerca de las pistas 17 C del aeropuerto.
El viento volcó una escalinata de avión regional, movió barricadas de construcción y provocó daños menores. Crédito: Nelly Carreño
El Servicio Nacional de Meteorología validó la cifra
tras revisar datos del radar, reportes del aeropuerto y el sistema automático ASOS. El récord anterior
era de 81 mph, registrado en 1985. Aunque breve, el evento fue potente, comparable a un huracán categoría 1. “Este tipo de ráfagas pueden ser igual de peligrosas que un tornado débil”, explicó Nelly, quien además confirmó que
la Federal Aviation Administration (FAA)
analiza más datos. Crédito: Nelly Carreño
La recomendación para la comunidad es
no subestimar las tormentas eléctricas, incluso si no hay alerta de tornado. Las microrráfagas son intensas, impredecibles y pueden generar daños importantes en segundos. Si hay truenos o rayos, es clave buscar refugio, asegurar objetos sueltos y seguir fuentes confiables del tiempo.
A veces, el viento más fuerte llega cuando todos duermen. Crédito: Nelly Carreño