Escuelas, universidades, compañías e instituciones gubernamentales de diferentes ciudades fueron el blanco de intimidaciones en las que se exigían altas sumas de dinero a cambio de no activar explosivos en dichos lugares, los cuales fueron evacuados de forma inmediata. El FBI adelanta las investigaciones correspondientes para esclarecer lo sucedido y dar con el o los responsables del que es considerado un crimen federal.