Tras la renuncia de Jacobson como coordinadora de la frontera sur y la revelación de cifras récord de detenciones de indocumentados en los límites del país, republicanos como el gobernador de Texas, Greg Abbott, arremetieron contra el gobierno de Joe Biden al que señalaron de no contar con un plan para controlar la llegada de miles de menores. La Casa Blanca, por su parte, salió en defensa de la vicepresidenta Kamala Harris asegurando que su papel actual es ayudar, con los gobierno de otros países, a solucionar los problemas que promueven la migración.
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