Cuando luchas contra el cáncer es clave defender tus derechos como paciente (parte 8)
Cuando recibí la cuarta y última quimioterapia del primer ciclo de tres meses, el catéter port me jugó una mala pasada. Para los no iniciados: el catéter es un ‘puerto’ a través del cual me administran los medicamentos y tiene una pequeña pieza que se puede ver y tocar porque queda fuera del cuerpo. Un disco como una moneda se esconde bajo mi piel y un tubito de plástico se encuentra dentro de una vena, fuera de mi vista pero dentro de mi organismo. La piel alrededor del dispositivo está más inflamada y enrojecida que de costumbre.
A la enfermera asignada a mi habitación no le gusta ni el color ni la apariencia de la piel. Pide contactarse con mi oncólogo, porque no le parece prudente utilizar el reservorio, al menos por esta vez. Sugiere entrar por la vena de mi antebrazo para transportar los agentes químicos que estaban aniquilando a las células cancerosas y eso es lo que finalmente hacen: ojos de enfermera experimentada no se equivocan.
Es probable que la inflamación sea la respuesta de mi sistema inmunológico a invasores extraños, tales como bacterias y virus. Por eso mi médico me ha recetado antibióticos para que la infección o el riesgo de desarrollar una, ceda.
Sin duda, superaré el episodio, pero en el mientras tanto estoy debilitando mi flora intestinal. En estos momentos estoy en observación hasta que se determine si el dispositivo se puede seguir utilizando o si nuevamente tendrán que pincharme la mano. A mí también me parecía feo el aspecto de mi catéter, pero no fue hasta que una enfermera atenta llamó la atención de mi médico, que supe que no debía soportarlo y más bien sonar la alarma.
Asumo que alguna toxina ingresó subrepticiamente a mi cuerpo porque no se siguieron los protocolos que los profesionales de enfermería deben de cumplir para el mantenimiento y cuidado responsable del equipo. Es un hecho que los riesgos se pueden minimizar, si es que los pacientes tuviéramos acceso a la información relevante y oportuna. Pienso, por ejemplo, en una cartilla que destaque los cuidados generales que las enfermeras, pacientes y cuidadores deben observar en procedimientos sensibles como este que describo. Una suerte de capacitación en educación sanitaria.
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Este episodio me ha servido para reflexionar sobre la facilidad con que nosotros las personas renunciamos a que se respeten nuestros derechos de paciente, a recibir una atención de calidad de salud. Sin querer queriendo, al elegir un tratamiento y cumplirlo, hipotecamos nuestro cuerpo.
Algo más
Antes de colocarte el catéter, tu enfermera debe cumplir estas normas sanitarias: ponerse mandilón, gorra y máscara, lavarse bien las manos y colocarse guantes estériles.
- Ten presente que la forma correcta de fijar el dispositivo es con el dedo pulgar e índice.
- Si notas enrojecimiento en la zona, picazón, fiebre o dolor avisa inmediatamente a tu médico.
Fuente: Alfredo Aguilar, médico oncólogo de Oncosalud Auna.
Esta columna apareció por primera vez el 13 de diciembre de 2015 en el semanario Viù! De El Comercio de Perú. Ha sido reproducida con permiso de la autora.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.