El huracán Ian enfrenta al área de Tampa con su peor pesadilla (y no está preparada)
Tras su paso por Cuba como huracán categoría 3 y ganando fuerza en su camino hacia la costas de Florida, Ian pone en serio peligro una zona considerada como la más vulnerable de todo el país a las inundaciones y daños de un ciclón: la Bahía de Tampa, en la que viven cuatro millones de personas.
Una suma de factores pone en riesgo severo a Tampa más que a otras ciudades costeras. La zona no ha sufrido el impacto directo de un gran huracán desde hace un siglo y cuenta con pocos edificios preparados contra estos desastres naturales.
Tampa es la ciudad de Estados Unidos con mayor riesgo de inundaciones por un huracán, según un informe de la consultora Karen Clark and Company, y la séptima del mundo, de acuerdo con una clasificación hecha por el Banco Mundial.
La bahía puede convertirse en una trampa mortal: las aguas arrastradas por Ian podrían quedar atrapadas, inundando las zonas bajas de la bahía, advierten los expertos.
La zona no ha sufrido un impacto directo de un huracán de categoría 3 o mayor en cerca de un siglo, lo que se debe a que la ciudad da la cara al Golfo de México por el oeste y los huracanes suelen avanzar de este a oeste, como resultado de los vientos alisios.
En 1921 fue golpeada por un ciclón de categoría 3 con vientos de 115 millas por hora (185 km/h), que causó daños severos. Entonces solo 160,000 personas vivían en los cuatro condados del área metropolitana, la mayoría en zonas de altura.
Pese a su vulnerabilidad, la región no ha tomado suficientes medidas para contener el impacto de los efectos de la subida del mar, según activistas medioambientales. Pocos edificios del área de la bahía fueron construidos con medidas modernas de seguridad contra huracanes.
Ian podría ser una tormenta de 50 mil millones de dólares
"Si sigue la pista y la intensidad del pronóstico actual Ian será una tormenta de 50 mil millones de dólares", dijó a Univision Noticias el meteorólogo Jeffrey Masters, adelantando una posible cifra de los costos que generaría su eventual paso destructivo. "Se está expandiendo constantemente y sus bandas de lluvia ya se extienden ahora sobre el sur de Cuba", agregó.
Se prevé que Ian se convierta en un huracán de categoría 4 con vientos máximos sostenidos de 140 mph en el Golfo de México el miércoles, según el Centro Nacional de Huracanes.
De verificarse este pronóstico, Ian sería el huracán más fuerte de septiembre en el Golfo de México desde Rita (2005), según el meteorólogo de la Universidad Estatal de Colorado, Philip Klotzbach.
En el peor de los escenarios si el ángulo del huracán golpea de forma directa a la ciudad de Tampa podria generar una marejada de marea catastrofica por el efecto espiral de los vientos que empujan el mar hacia la costa. Debido a la rotación en espiral de los huracanes en sentido contrario a las agujas del reloj, los peores vientos y mareas de tempestad se producen en el lado oriental de la tormenta.
Una marejada ciclónica en un "embudo"
En este caso, la bahía se se convertiría en un gran embudo para las olas de la marejada ciclónica, explicó Masters. De bajo del mar, la plataforma continental es muy poco profundo que se extiende por más de 100 millas, lo que hace que el mar sea empujado más alto por la presión de la tormenta.
Se prevé que Ian se mueva muy lentamente, a solo 8 km/h, cuando toque tierra en Florida, lo que significará que permanecerá más tiempo, causando una mayor destrucción. "Veremos una marejada ciclónica durante varios ciclos de marea alta con un período prolongado de vientos huracanados", dijo Masters.
La marejada ciclónica podría causar una elevación del nivel del mar de hasta 10-12 pies de altura (3 a 3.5 metros). Casi el 50% de los residentes en esta zona viven en áreas con una altura inferior a los 10 pies.
Muchas familias hispanas viven alrededor de la area de la Bahía de Tampa
Algunas de esas zonas bajas, como Safety Harbor, Town 'N' Country y Oldsmar son el hogar de muchas familias hispanas de ingresos bajos y medios. Una comunidad, Progress Village, se encuentra cerca de una gran instalación de energía eléctrica y de unos pozos de minería de fosfato.
"Muchos trabajadores agrícolas fueron trasladados allí cuando se construyó la Interestatal 4", dijo Susan Glickman, nativa de la Bahía de Tampa y activista del cambio climático, refiriéndose a la autopista que une la Bahía de Tampa y Orlando.
También está en riesgo de inundación todo el centro de Tampa, así como el Aeropuerto Internacional de Tampa, y las ciudades cercanas de St Petersburg, Clearwater y Bradenton.
"La historia está por escribirse, pero potencialmente con un huracán en toda regla esto podría ser nuestra peor pesadilla", dijo Glickman, que vive en una casa de la década de 1940 en Bellair Beach, a unos 10 pies (3 metros) sobre el nivel del mar. Dijo que el miércoles se trasladara a un hotel en Tampa.
Recientemente las autoridades de la Bahía de Tampa han comenzado a estudiar los efectos de las inundaciones.
Uno de los pocos lugares protegidos contra huracanes es el Museo de Salvador Dalí, en el centro de St. Petersburg, que cuenta con muros de cemento de 18 pulgadas de grosor y cristales rodeados por soportes de acero que podrían resistir huracanes de gran fuerza.
El peor de los escenarios
Para conocer qué pasaría en el peor de los escenarios, un simulacro de huracán de categoría 5 con vientos de más de 156 millas por hora, fue considerado por el Consejo de Planificación Regional de la Bahía de Tampa.
En ese escenario, el ficticio huracán Phoenix proyectó que el daño de los vientos destruiría medio millón de casas y negocios. Unos dos millones de residentes necesitarían tratamiento médico y más de 2,000 personas perderían la vida, un número mayor que las muertes causadas por Katrina en Louisiana y Mississippi.
Miami lidera los esfuerzos contra huracanes desde que el huracán Andrew de 1992 destruyó 127,000 casas y causó daños valorados en 26,500 millones de dólares. La destrucción masiva expuso la deficiencia de los códigos de construcción y la escasa supervisión, lo que resultó en reformas considerables y un mayor esfuerzo de cooperación entre autoridades.
"La mayoría de los lugares en Florida están muy por detrás de Miami en los esfuerzos para mitigar el impacto de un huracán", dijo Glickman.
Hoy Miami tiene los códigos de construcción más estrictos de todo el país. "Tenemos mucho que hacer para ponernos al día", añade Glickman.