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Chile

Candidatos de izquierda y de extrema derecha disputarán la segunda vuelta electoral en Chile

José Antonio Kast, el candidato del Frente Social Cristiano y admirador de la dictadura de Pinochet, obtuvo un 28% de los sufragios, seguido de Gabriel Boric, apoyado por el izquierdista frente Amplio y el Partido Comunista, que recibió un 25%.
Publicado 21 Nov 2021 – 08:28 PM EST | Actualizado 22 Nov 2021 – 08:02 AM EST
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Un candidato ultraderechista, abierto simpatizante de la dictadura de Augusto Pinochet, y uno izquierdista, exlíder estudiantil y apoyado por el Partido Comunista, disputarán la segunda vuelta en las elecciones presidenciales de Chile, luego de que este domingo ninguno parece alcanzar los votos necesarios para ganar en la primera vuelta.

Es la primera vez desde la recuperación de la democracia en 1990 en que los candidatos presidenciales con las mayores preferencias del electorado se sitúan más lejos del centro, lo que ha generado inquietud política y económica.

Con un 70% de los votos contabilizados, lideraba José Antonio Kast —un abogado ultraderechista partidario de la dictadura militar (1973-1990) de 55 años—, quien obtuvo un 28% de los sufragios, seguido por el izquierdista Gabriel Boric —un exdirigente estudiantil apoyado por los comunistas de 35 años—, que recibió un 25%.

De los siete candidatos que se postularon para reemplazar al presidente Sebastián Piñera ninguno obtendría la mitad más uno de los votos necesarios para ganar en la jornada del domingo, lo que llevaría a los dos con más sufragios a una segunda vuelta el 19 de diciembre. En ese escenario, ganará quien tenga más sufragios.

Luego de que se publicaran los primeros resultados tras el cierre de casillas, Sebastián Sichel, un independiente que representa al oficialismo de centroderecha y que tenía un 12% de las preferencias, dijo que “tengo diferencias programáticas (con Kast), que estoy dispuesto a conversar. No quiero que gane la extrema izquierda”.

Yasna Provoste, la candidata de la centroizquierda y que durante la campaña fue muy crítica del programa de Boric, dijo que esperará “qué le va a ofrecer al país”, a diferencia de Álvaro Elizalde, presidente del Partido Socialista que integraba el pacto de Provoste, que exhortó a respaldar al exdirigente universitario.

Los mensajes de los dos candidatos

Apenas a unos kilómetros de distancia, Kast y Boric celebraron casi al mismo tiempo su paso al balotaje rodeados de seguidores y con discursos que apuntan a dos realidades opuestas para el futuro de Chile cuando termine el mandato de Sebastián Piñera, en marzo de 2022.

Kast apeló a devolver a Chile la "tranquilidad" después de que se sumiera en la violencia y la delincuencia en el marco de las protestas iniciadas el 18 de octubre de 2019, multitudinarias y varias con graves hechos de violencia que dejaron 34 fallecidos y miles de heridos.

Acusó a Boric y a sus aliados del Partido Comunista, como los causantes de "inestabilidad" con su proyecto presidencial.

"Quieren seguir avanzando por la senda del odio, de la intolerancia y la destrucción porque han avalado la violencia y el odio y eso tiene que terminar", dijo Kast.

Pero Boric decidió dar un mensaje mesurado sin subestimar ni caricaturizar a su adversario. El joven izquierdista apuntó que su proyecto es "transformador, serio y responsable" y que "asegura la mejor calidad de vida de todos" los chilenos.

"No salimos a las calles para que todo siga igual", aseveró.

Competirán dos candidatos alejados del centro político

Los candidatos que se situaban en los primeros lugares para sustituir a Piñera son diametralmente distintos.

Kast es un admirador de la dictadura militar encabezada por Pinochet y fue cuatro veces diputado por un partido conservador oficialista.

Kast —que compite por el Frente Social Cristiano, una alianza entre dos partidos conservadores— tuvo que explicar durante su campaña electoral algunas de sus controvertidas propuestas de gobierno, como la que pretende derogar la ley de aborto en tres causales, vigente hace cuatro años, y cavar una zanja en la frontera para impedir la llegada de inmigrantes.

“La zanja es para un control fronterizo”, explicó, dijo que los inmigrantes indocumentados van a ser invitados a salir y agregó que, de no ser así, “en algún momento les vamos a poner transporte”, para que vuelvan a su país de origen.

El ultraderechista —que recientemente dijo que no era un candidato “extremo”— promete recuperar el orden público, reducir el Estado con el despido de 20,000 empleados y rebajar impuestos por hasta 8.800 millones de dólares, entre ellos bajar de un 19% a un 17% el impuesto al valor agregado, el que más recauda; de un 27% a un 17% los gravámenes a las empresas; impuesto cero a las pequeñas empresas y rebajas impositivas a quienes ganen entre 400 y 800 dólares mensuales.

Por su parte Boric, que representa a Apruebo Dignidad, una alianza entre el izquierdista Frente Amplio y el Partido Comunista, propone una reforma tributaria para recaudar 8 puntos del PIB, con más impuestos a los súper ricos, a los ingresos mensuales superiores a los 5,400 dólares, “impuestos verdes” y elevar los tributos a la gran minería del cobre, entre otros, así como eliminar las Administradoras de Fondos de Pensiones, (AFP), criticadas transversalmente porque otorgan bajas pensiones.

Boric es egresado de leyes y es un exdirigente de las protestas estudiantiles de 2011. Tenía cinco años cuando terminó la dictadura de Pinochet.

El más joven de los siete candidatos también propuso crear un Fondo Universal de Salud para evitar que Chile siga teniendo dos tipos de salud, una de las cuales discrimina por ingresos. También impulsa una reactivación económica que incluya una subvención al empleo femenino y la defensa de los derechos de la población LGBTQ. Además plantea crear un cupo laboral de un 1% en empresas públicas y privadas para personas transgénero.

Cualquiera sea el nuevo presidente, el panorama económico para 2022 será complejo. Chile crecería un 11.5% en 2021 para caer en torno al 2% el próximo, y seguiría con una inflación, por factores externos e internos, que cerraría el año cerca del 6%, algo no visto en 13 años por los chilenos, que ya no tendrán los 50,000 millones de dólares que giraron de sus fondos de pensiones ni los subsidios estatales por la pandemia, que desataron el consumo.

El padrón electoral lo integran 15 de los 19 millones de personas y, como en otras ocasiones, pudieron votar los chilenos que viven en el exterior.


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