FEMA ignoró pedido de combustible para mantener supermercados abiertos en Puerto Rico durante emergencia de María
En los días posteriores al paso del huracán María por Puerto Rico, mientras cientos de personas hacían fila en busca de alimentos y muchos pasaban hambre, funcionarios de Walmart y del gobierno de Puerto Rico se comunicaron con el gobierno federal pidiendo combustible para hacer funcionar los generadores eléctricos de los supermercados y evitar tirar toneladas de carne, lácteos y verduras dañadas, pero no obtuvieron respuesta.
Múltiples correos electrónicos y mensajes de texto difundidos por dos congresistas estadounidenses el martes describen los desesperados esfuerzos de los funcionarios gubernamentales y privados para obtener combustible que no hallaron respuesta alguna de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) durante al menos una semana después del paso del huracán, el pasado 20 de septiembre.
“Los documentos demuestran que FEMA no respondió a los pedidos de combustible mientras toneladas de alimentos necesitados urgentemente se dañaban. No está claro si FEMA tenía un plan para distribuir combustible de emergencia que no ejecutó o si no tenía plan”, indica una carta firmada por el congresista Elijah Cummings, el demócrata de mayor rango en la Comisión para la Supervisión y Reforma del Gobierno de la Cámara, y por la delegada Stacey Plaskett, de las Islas Vírgenes.
El documento va dirigido al presidente de ese comité, el republicano Trey Gowdy, reiterándole un pedido hecho en octubre pasado para recibir del departamento de Seguridad Interior documentos relacionados con la preparación y respuesta de FEMA al paso de los huracanes Irma y María en Puerto Rico e Islas Vírgenes Estadounidenses.
Según la carta, los esfuerzos por obtener combustible de emergencia por parte de FEMA comenzaron el día 22 de septiembre con un alto funcionario de Walmart pidiéndole ayuda por correo electrónico al congresista de Illinois, Luis Gutiérrez.
“El problema es que nos estamos quedando sin combustible en los generadores y necesitamos ayuda para que el gobernador me dé la aprobación”, escribió el funcionario de Walmart.
“¿ Alguno de ustedes ha estado en contacto con alguien de FEMA a quien pudiéramos contactar por ayuda? Queremos mantener frescos estos alimentos para la gente”, agregó.
Walmart había abierto tres instalaciones para apoyar al público y tenía planes de montar más, pero la clave para hacer esto era contar con energía eléctrica para mantener la operación abierta y restablecer la cadena de suministro, escribió el funcionario de la tienda.
Casi una hora después del primer correo, la oficina de Gutiérrez reenvió el correo a un funcionario del gobierno de Puerto Rico, quien contestó: “Para su información, en este momento estoy con el representante de FEMA, así que nos haremos cargo de esto”.
Los directivos de Walmart enviaron una lista jerarquizando sus principales sucursales -operaban 46 en la isla- que necesitaban combustible para evitar que la comida se echara a perder, así como su centro de distribución y sus oficinas locales.
“En este momento, el combustible es una preocupación vital, ya que nos quedan menos de 24 horas de energía en la mayoría de las instalaciones”, escribió el directivo de la cadena.
El mensaje fue reenviado por el funcionario del gobierno de Puerto Rico al funcionario de FEMA 26 minutos después.
Pero para el domingo 24 de septiembre, dos días después del contacto inicial, aún no había una respuesta de la agencia.
Ese día funcionario de Walmart le vuelve a preguntar al funcionario del gobierno de Puerto Rico por mensaje de texto si ha tenido respuesta de FEMA y este le contesta: “Ni una palabra aún. He hecho numerosos pedidos a FEMA y no he escuchado nada”.
“¿Los hospitales recibieron combustible?”, preguntó el directivo de Walmart.
“Eso creo, pero no estoy seguro. Nuestra comunicación con FEMA sobre los detalles de ciertas cosas no ha sido como quisiéramos”, respondió el funcionario del gobierno de Puerto Rico.
FEMA, indica la carta de los congresistas, no contestó nada durante una semana entera después del huracán.
Mientras la agencia no se movía, las góndolas de los supermercados permanecían con poca o ninguna mercancía, las farmacias estaban inoperantes y las gasolineras atestadas de ciudadanos a los que ya no les quedaba paciencia.
El día 27 de septiembre el gobernador Ricardo Rosselló pidió personalmente al administrador regional interino de FEMA, John Rabin, que repartiera combustible a los principales supermercados y tiendas de la isla “debido a la amenaza inmediata a la seguridad y a la salud pública” que representaba el desabastecimiento.
El documento agrega que “no está claro cuántas toneladas de carne, lácteos y verduras se perdieron” por la falta de refrigeración, aunque los Walmart en San Juan, Humacao, Carolina y Canóvanas tuvieron que tirar todos los productos perecederos que tenían en inventario a la basura.
Otros supermercados locales, como Selectos, reportaron la pérdida de decenas de miles de dólares en alimentos que se dañaron por falta de refrigeración.
Solo en el Selecto Los Palacios, en Toa Alta, se tiraron carnes, frutas, vegetales y lácteos como para llenar un contenedor de 540 pies cúbicos, valorado en unos 50,000 dólares, dice la carta, citando a una gerente general de la empresa.
Los congresistas agregan que el vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA), Manuel Reyes, les dijo que no le consta que FEMA haya distribuido combustible de emergencia a ningún supermercado y que en última instancia fueron los comercios los que por su propia parte armaron una red propia de abastecimiento.
Un portavoz de FEMA, Daniel Llargues, dijo a la agencia AP que la entidad está al tanto de la carta.
“La protección de la vida y la seguridad es nuestra máxima prioridad en cualquier respuesta, incluyendo el trabajar de cerca con el gobierno de Puerto Rici para darle apoyo a la misión de proveerle combustible a la infraestructura crítica” como hospitales y centros de comunicación, dijo Llargues.
Agregó que FEMA ha distribuido más de 13 millones de ganes de combustible hasta la fecha en Puerto Rico pero no habló de la secuencia de eventos descritos en la carta ni confirma sus detalles.