Cuándo la harina blanca es más saludable que la integral, según nutricionista
Te dicen que no comas gluten, harinas refinadas, arroz blanco ni azúcar. Pero las dietas mágicas no existen y muchas veces son diseñadas por personas sin formación en nutrición. Hoy queremos traerte información de expertas para desterrar algunos mitos y contarte en qué casos es recomendable consumir harina blanca y otros alimentos refinados.
Ser o no ser integral
Se ha hablado mucho de los beneficios de los granos integrales, y vaya si los hay. Según un artículo publicado en el British Medical Journal, consumir cereales integrales es beneficioso para la salud cardiovascular. Además, estos granos y las verduras crudas presentan un alto contenido de fibras, ideales para el buen funcionamiento del sistema digestivo (en especial para evitar la constipación).
A pesar de que estos alimentos sean saludables, la licenciada en Nutrición María Agustina Murcho explica que no por eso son santo remedio ni deben ser consumidos por todo el mundo ni todo el tiempo.
Están contraindicados, por ejemplo, en personas con patologías digestivas como úlceras o acidez, así como en el caso de diarrea. ¿Por qué? Porque como el grano está entero el sistema digestivo tiene que trabajar más para procesarlo. En todos estos casos se recomienda el consumo de harina y arroz blancos en lugar de sus alternativas integrales.
Por otro lado, en personas que presenten síndrome de colon irritable también se recomienda optar por las opciones refinadas, aunque esta tolerancia puede variar según el individuo.
La verdad sobre las dietas sin gluten
Según la nutricionista Florencia Ceriani, las dietas libres de gluten no son recomendables para personas que no presenten enfermedad celíaca, sensibilidad no celíaca al gluten o alergia al trigo.
Las dietas sin gluten están asociadas a un aumento de riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares, debido a la reducción del consumo de cereales integrales. Además, afirma que consumir gluten no aumenta el riesgo de cardiopatías.
Por otra parte, las dietas sin gluten no ayudan a bajar de peso. Muchas personas que hacen este tipo de dietas sí experimentan un descenso de peso porque optan por una alimentación más saludable al incluir más frutas y verduras, pero este adelgazamiento no está asociado al hecho de dejar de consumir gluten.
En resumen, una alimentación saludable debe ser variada y moderada. Se ha comprobado que las dietas demasiado restrictivas no funcionan porque son difíciles de sostener y, además, generan el tan indeseado efecto rebote.
Asimismo, obsesionarte por evitar el consumo de ciertos alimentos puede afectarte psicológicamente y hacer que tengas una relación poco sana con la comida. Lo mejor es que, si no presentas ninguna patología, tengas una alimentación variada que incluya tanto cereales integrales como refinados y, si quieres bajar de peso, acudas a un nutricionista para que diseñe un plan de alimentación de acuerdo con tus gustos y necesidades.