“Me siento perseguida”: Una joven tomó y envió una foto de su agresor antes de ser violada y asesinada
Una joven que caminaba al colegio fue interceptada el pasado martes por un hombre que abusó de ella y luego la asesinó, antes de tirar su cuerpo a un río.
La estudiante de 16 años, Ana Karina Blanco Durán, caminaba hacia el colegio San Francisco de Asis de El Playón, municipio del departamento colombiano de Santander, cuando detectó que un hombre la seguía, contó El Tiempo.
Días antes, Blanco mostró su indignación por lo ocurrido con la mexicana Debhani Escobar, quien fue hallada muerta en un motel, por lo que decidió tomarle una foto a ese desconocido que iba tras sus pasos y envío dicha imagen a un familiar. “Me siento perseguida”, avisó.
Seis horas después, tras varios intentos para contactarla, el cuerpo de Blanco fue encontrado en la orilla del río Cáchira con signos de violencia y varias heridas en su cuello y pecho, provocadas por un cuchillo.
Gracias a esa fotografía que Blanco le envió a un familiar, horas después el hombre pudo ser hallado e identificado como Alexander Carrillo, un venezolano de 55 años, quien confesó el crimen.
A pesar de que Carrillo fue capturado por las autoridades, cuando se disponían a evacuarlo fue atacado por una turba furibunda que lo apedreó y acuchilló, contó el coronal Carlos Martínez, comandante de la Policía de Santander.
Carrillo fallecería a causa de las heridas provocadas por la gente, a pesar de los intentos de las autoridades, y hasta del propio alcalde de Cáchira, para apaciguar los ánimos de la comunidad enfurecida que terminó por hacer justicia por mano propia.
Adiós multitudinario
La muerte de Blanco provocó tal indignación que una caravana acompañó su cuerpo desde Bucaramanga hasta El Playón, donde fue velada.
“Sabemos que ella está en el cielo porque es un ángel”, le dijo a BluRadio Moisés Blanco, tío de la víctima, quien le exigió a las autoridades colombianas “poner de verdad mano a esas personas que tanto están haciendo daño”.
En el colegio San Francisco de Asis, lugar al que se dirigía la joven estudiante, sus compañeros hicieron sentir su dolor por la pérdida de Blanco. “No es lo mismo llegar y no encontrarla con una sonrisa de oreja a oreja”, indicó Nicolle León, una de sus compañeras.
“Era una niña que quería ser psicóloga, pero le cortaron sus aspiraciones”, lamentó Oliverio Pérez, tío de la joven.
