Tres delicias para una noche de debate

Por Franco Marinto
Habitualmente nos congregamos en familia o con amigos a disfrutar los grandes acontecimientos deportivos. Pero hay quienes prefieren agasajarse de la misma manera cuando el motivo de la reunión es un debate político.
Así las cosas, ¿por qué no deleitarte con unas quesadillas de distintas masas, con unos chapulines con guacamole o con unas garnachas mientras escuchas las argumentaciones (si las hay) de Webb , Sanders, Clinton, O’Malley o Chaffey ?
La sugerencia de tapas atípicas, bien condimentadas, es para darle más sazón a lo que lo s expertos esperan ofrezca poco espectáculo — i ncluid a la esperada omisión de temas alrededor de la migración y los derechos de los latinos— . Aunque sea en Nevada, no será un espectáculo digno de Las Vegas, pues.
Exploremos estas fantasías culinarias para colocarl a s en la mesa de la sala mientras los cinco precandidatos se turnan al micrófono:
Quesadillas de distintas masas con champiñones y queso
Para darle color a la masa de maíz ( que se consigue casi ya en cualquier lado), incluye a una parte tres chiles colorados o chi l potles, y a otra dos manojos de flor de calabaza molida. Guisa los champiñones con cebolla y un diente de ajo. Agrega un queso que se gratine con facilidad. Envuelve en la tortilla y ásalas todas juntas. Acompaña con guacamole.
Chapulines tostados con sal de chapulín
Fuente de proteínas muy barata, los chapulines (grillos mexicanos) se consumen con más y más frecuencia en el sur de Estados Unidos . Es cada vez más habitual encontrarlos en ciertas tiendas de productos comestibles regionales (en California, Arizona, Texas e Illinois están muy extendidas) y son muy fáciles de preparar, porque usualmente ya se venden tostados. Sólo hay que darles una pasadita por el sartén, sin necesidad de ponerles aceite, y servirlos en un platón. Acompaña con tortillas y el propio guacamole ya hecho para las quesadillas.
Garnachas oaxaqueñas
Si tienes ánimo p ara preparar un platillo más elaborado, las garnachas del istmo de Tehuantepec pueden dar muchos días de conversación con lo s invitados. Aquí la clave es conseguir una buena carne de res deshebrada, lo más fresca posible, además de la masa de maíz para darle forma de “gorditas”. Es más sencillo de lo que parece: cocina en agua con sal la carne de res, elabora con la mesa pequeñas tortillas gorditas de 10 centímetros, hierve medio kilo de jitomates con 100 gramos de chiles jalapeños, prepara un encurtido de vegetales (zanahoria, col blanca y cebolla) con vinagre natural de frutas (puede ser de manzana), deshebra finamente la carne y colócala sobre las tortillas. Fríe ligeramente las tortillas por debajo y espolvorea con algún queso fresco.