Su mamá no quiso comprarle una casa y a su hermana sí, por eso las mató a balazos
Cansada de sentir que su exitosa madre solo favorecía a su hermana menor, una mujer no pudo controlar sus celos y las asesinó a las dos, para luego intentar hacerlo ver como un caso de asesinato-suicidio entre las dos.
Megan Hargan no soportó ver cómo su madre Pamela Hargan, una prominente ejecutiva de Virginia, le regaló una casa a su recién graduada hermana Helen, luego de que su mamá no quiso comprarle una vivienda de 400,000 dólares a ella, contó ABC News.
Fuera de sí, el pasado 14 de julio de 2017, la celosa hija entró a la casa de su madre en la lujosa localidad de McLean y la mató a tiros para luego hacer lo mismo con su hermana, de 23 años. No satisfecha con los homicidios, trató de hacer ver todo como una discusión entre ellas que había tenido un desenlace trágico y fatal.
Más tarde, cuando familiares y amigos de la familia supieron que las autoridades creían que se trataba de un asesinato-suicidio, simplemente no pudieron creer que Helen había matado a su madre -de 63 años- antes de matarse a sí misma.
Esa sospecha fue instalándose también en las autoridades, conforme la investigación oficial iba avanzando, hasta que más de un año y medio después, Megan fue detenida y acusada de haberlas matado.
El caso, que conmovió a la comunidad y a la familia de las involucradas, fue revivido en el juicio contra Megan, de ahora 39 años, en el que el jurado escuchó varias voces que determinaron la culpabilidad de la codiciosa hermana.
Carlos Gutiérrez, novio de Helen, dijo en el estrado que aquel día estaba en el teléfono con ella cuando, sumamente afligida, le dijo que su hermana “había matado a su madre” y que, por más que él le pedía salir de esa casa, no podía hacerlo porque la hija de Megan, de tan solo 8 años, estaba allí y no podía dejarla sola.
El fiscal de la Commonwealth del condado de Fairfax, Steve Descano, fue tajante al decir que en el condado no se toleraba “este tipo de desprecio por la vida humana”, por lo que buscaría “una sentencia sustancial que refleje la gravedad del crimen”.
La hermana de Pamela y tía de Megan, aseguró tras el veredicto que se trataba de “un día muy difícil” y que se trataba de algo “demasiado doloroso” para toda la familia.
En el juicio, en el que la hermana superviviente de Megan, Ashley, testificó en su contra, la imputada fue hallada culpable de homicidio en primer grado y uso de un arma de fuego en la comisión de un asesinato, entre otros.
Cuando se leyó el veredicto, Megan Hargan solo apoyó su cabeza en el hombro de su abogado, mientras que Ashley no pudo evitar comenzar a llorar.
