'Live Boricua': la amarga experiencia de sobrevivir en Puerto Rico, desde antes del huracán Fiona
Hace poco más de tres meses debutó la campaña 'Live Boricua', que a un costo de 24 millones de dólares invita a turistas a vivir experiencias a través de todo Puerto Rico, como si fueran residentes locales.
Una campaña lanzada en junio y que define al boricua más allá de la herencia isleña, como "una forma de vida, un estado de ánimo, un ritmo y un sabor que es distintivamente puertorriqueño".
Cuando hicieron el anuncio, reí. Ahora lo recuerdo y sudo copiosamente.
Han pasado cuatro días desde que el huracán Fiona se desplazó por el sur, suroeste de la Isla. El Servicio Nacional de Meteorología (SNM) emitió alertas de calor, con temperaturas que rondan los 100 grados Fahrenheit y la humedad agobia; tanto o más que los incordios mosquitos y mimes.
¿Refrescarse? Parecería lógico, pero en esta Isla de casi 3.1 millones de habitantes, eso está complicado.
Oficialmente, la gran mayoría de los clientes de LUMA Energy está sin servicio de energía eléctrica desde el pasado domingo. Y no hay forma de saber cuándo será reestablecido.
No lo sé yo, ni mis vecinos y aparentemente tampoco el gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi.
Llegaba el miércoles, luego el jueves: LUMA Energy no arroja luz
El martes, el gerente de seguridad y portavoz de LUMA Energy, Abner Gómez, expresó confiado que para el miércoles "gran parte de Puerto Rico va a estar energizado".
Se habló de helicópteros, cámaras con alta tecnología, la llegada de brigadas de apoyo para restablecer el sistema, pero el resultado no se concretó.
Faltando menos de una hora para el comienzo del viernes, 1 millón de clientes de LUMA Energy todavía no hemos recuperado el servicio. Solo se lo han logrado restablecer a 38% y no al 50% como anticipaba el gobernador Pierluisi.
¿Dónde están esos clientes con servicio? Según Abner Gómez, en el norte de la Isla. Eso dijo cuando aclaró que de esa zona hablaba cuando aseguró que "gran parte" de Puerto Rico estaría energizado.
Estimó en "60 por ciento o más", los clientes de LUMA Energy localizados en esa zona.
Se reportó que ya Guaynabo está energizado, pero hay sectores a oscuras. Lo mismo ocurre con San Juan, Aguadilla, Hatillo y Arecibo, todas ciudades al norte de la Isla, donde LUMA Energy alegó que la luz llegaría más rápido porque fue la zona menos afectada por el huracán Fiona.
Mi 'sabor', mi auténtico 'ritmo' boricua no fluye cuando no puedo confiar en la información que se ofrece, que escucho directamente a través de las conferencias de prensa y no por segundos o terceros presuntos "comunistas", que puedan ser acusados después de tergiversar lo que se dijo.
Facturas cada vez más altas por un servicio que da miedo usar
Aplasto un mosquito y me pregunto si existirá algún otro lugar en el mundo donde se pague tan caro por un servicio de energía eléctrica ineficiente.
No uso estufa ni horno, lavo ropa dos veces a la semana, seco al sol y solo enciendo el aire acondicionado en las noches. Mensualmente, la factura por el servicio de energía eléctrica fluctúa entre los 130 y los 170 dólares.
Si los ríos estuvieran libres de contaminación, me aventuraría a lavar como en los tiempos de antes, a ver si así la factura baja.
Son siete los aumentos que ha impuesto LUMA Energy, que se suman a otras alzas en los costos de otros servicios, de alimentos, de la gasolina, del marbete, la leche... Y como dice mi papá, "sigue sumando".
La diferencia es que con LUMA Energy, si no te alcanza el dinero para la factura, te dan la alternativa de acogerte a su plan de pago, para que finalmente pagues a su costo, sí o sí.
Mi situación no es extraordinaria. Hace poco, el exlegislador Orlando Parga también denunció públicamente que le cobraron cerca de 800 dólares por un mes de consumo de energía eléctrica. Él no podía creerlo, pues vive con su esposa y una perra de mascota.
Se cuenta y todo el mundo se sorprende, pero es lo que hay. Eso es parte de 'Live Boricua', de la experiencia.
El gobernador Pedro Pierluisi defiende cada aumento solicitado por LUMA Energy, pues alega que se necesita para restaurar la red energética de la Isla.
Hay marchas, manifestaciones, cacerolazos y nada cambia.
El huracán María no pasó ayer: van 5 años y la situación no mejora
En estos días, cuando no hay forma de tapar la crisis, percibo que el gobierno de Puerto Rico actúa como si tuviera la seguridad de que en cada hogar hay un generador eléctrico al cual conectarse.
Ningún funcionario me ha visitado para preguntarme cómo me está afectando la falta de servicios esenciales.
Comprendí que nadie vendrá cuando el gobernador Pierlusi dio la orden de que los empleados públicos podían regresar el miércoles a sus puestos y el Departamento de Educación reabrió 88 escuelas.
Por eso concluyo que parten de la premisa de que todos tienen generadores. También imagino que piensan que en todas las residencias hay alguien con tiempo que puede ir a la estación de gasolina, hacer la fila y comprar el combustible. Regresar a la casa, conectar todo y dar el fuerte halón que ponga el generador a trabajar.
Además, esa persona no olvida revisarle el aceite, cada cierta cantidad de horas, porque hay que cambiárselo, al igual que el filtro del aire.
De pensarlo, me mareo. Este calor.
Pego la cara a un abanico de baterías que sopla aire caliente y me recompongo.
Recuerdo que el huracán María impactó la isla hace 5 años. Un lustro, que se entienda bien. María fue categoría 5; Fiona, 1.
Si FEMA, el gobierno federal, un rapero, la iglesia o quien fuese le regaló a alguien un generador eléctrico, no le dejó de por vida todo lo demás.
Creo que se olvidan de que en este país viven 880,693 personas de 60 años o más, muchas de las cuales carecen de la fortaleza física para manejar los generadores como se debe.
Ni hablemos de buscar y cargar con galones de agua, para lo más básico.
Escucho a algunos, ya entrados en sus 70 y 80 años, llamar a diario a Exitos 1530, la emisora AM de Utuado, contando sus situaciones.
La falta de electricidad ha hecho que pierdan medicamentos, la compra del mes y hasta citas médicas, de las que cada vez hay menos.
Ellos y yo, todos tenemos que conformarnos con lo mismo. Que nos feliciten por ser resilientes y no perder la esperanza, que se nos 'deshidrata' esperando.
Desde el paso del huracán María, al menos en Utuado, en el centro de Puerto Rico, los avances son cuestionables.
Las interrupciones en el servicio de energía eléctrica son constantes, aunque con excepción del apagón general de abril y otras crisis que reportado LUMA Energy, en mi barrio no hemos pasado más de dos días sin servicio.
El huracán Fiona llegó el domingo. Pero en casa no teníamos luz el sábado antes. También el jueves anterior. Y el martes de esa misma semana.
Todavía no llega. Perdí un día de trabajo, mientras escucho a empleados de LUMA Energy cuadrando el mes con el dinero que están generando en horas extra.
No los envidio, pero no se me hace justo. ¿Cómo cualquier profesional puede progresar así, desde casa?
Sin luz, no hay internet y de nada vale que tu planta funcione si la de la torre que te conecta a la red y de la cual no tienes control, está apagada.
'Live Boricua' implica resilencia, a un alto costo, que impacta más que cualquier otro fenómeno la salud mental, emocional y física de cualquiera.
Se pierde dinero, se pierden energías y hay quien también pierde hasta esas ganas de vivir.
Eso, eso me entristece.
Mientras se combinan las gotas de sudor con mi indignación, me convenzo de que esta no es la forma de vida o el estado de ánimo que define a un puertorriqueño. Aunque contrario a cualquier campaña, es real.
'Live Boricua'?
Así, "no, thank you". Esto tiene que mejorar.