Los casos de Noah Cuatro, Gabriel Fernández, Victorya Sandoval y Anthony Ávalos estremecieron a EEUU. Ellos murieron tras ser torturados y abusados por sus seres queridos cuando eran vigilados por el Departamento de Servicios Familiares y Protección Infantil. Una auditoría del estado de California demuestra los graves errores que cometió la agencia, como no realizar investigaciones a tiempo.