Arrestan a un policía de Los Ángeles que transportaba a dos indocumentados cerca de la frontera
LOS ÁNGELES, California.- La Fiscalía federal de San Diego interpuso cargos contra un agente del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) que presuntamente transportaba en su auto a dos mexicanos indocumentados cerca de la frontera entre California y México durante la madrugada de este martes.
Mambasse Koulabalo Patara fue acusado de transportar en su Toyota Corolla 2006 a dos inmigrantes sin papeles hasta un punto de control que la Patrulla Fronteriza (USBP) instaló en la carretera interestatal 8, cerca de Pine Valley, a unas 12 millas al norte de la zona limítrofe con México.
Según la acusación, Patara, de 42 años y habitante de Rancho Cucamonga, se acercó al punto de revisión alrededor de las 12:15 am. Un agente fronterizo notó que con él iban un hombre en el asiento del pasajero y otro que dormía en la parte trasera del auto. Más tarde fueron identificados como Germán Ramírez González y Fermín López.
Al ser interrogado, Patara declaró que era ciudadano estadounidense y mostró una identificación de la Policía de Los Ángeles, sin especificar su cargo. Pero sus reacciones terminaron por delatarlo. "Aparentaba estar nervioso y visiblemente estaba temblando"; mientras que Ramírez, a su derecha, también se mostraba inquieto y "constantemente miraba hacia otro lado y evitaba el contacto visual", citan documentos judiciales.
La declaración del agente fronterizo F. Gámez indica que el policía aseguró que López, quien continuaba durmiendo en el asiento trasero, era un ciudadano de EEUU. Al despertarlo, el oficial le preguntó directamente en inglés de dónde era y este respondió "yes" como si no hubiera entendido.
"El agente Gámez le repitió la pregunta en español y López dijo que era ciudadano de EEUU y que no tenía una identificación con fotografía", señala el reporte del agente migratorio.
Al preguntarles de dónde venían, Patara aseguró que habían estado en el casino Golden Acorn. Entonces, en el retén notaron que el policía angelino y López eran un manojo de nervios.
Al enviarlos a una segunda inspección, las autoridades federales le decomisaron una pistola de servicio que Patara traía en la cintura. En ese momento, Patara dijo que era un agente de policía.
Sus pasajeros dijeron que no tenían ningún documento que probara que eran ciudadanos. Los tres fueron llevados a la estación de la Patrulla Fronteriza en Campo, donde la base de datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) determinó que Ramírez y López estaban en el país ilegalmente. Estos aseguraron que no hicieron ningún trato monetario con Patara por trasportarlos.
Para tener más detalles del incidente, la Patrulla Fronteriza interrogó por separado a los inmigrantes.
López declaró que él y Ramírez, su sobrino, ingresaron ilegalmente a EEUU entre las 10:00 y las 11:00 am del 22 de abril. Dijo que ambos caminaron durante un día y medio hasta llegar al casino Golden Acorn, en cuyo baño se aseó. Al salir, su sobrino le dijo que ya había encontrado la manera de que llegaran a Los Ángeles, pero afirmó que no sabía "cómo pudo convencer a un desconocido para llevarlos".
Ramírez, por su parte, contó que ambos cruzaron ilegalmente la frontera seis días antes de ser detenidos por la Patrulla Fronteriza. Afirmó que conocía a Patara desde hacía unos cinco años y que alguna vez le hizo algún trabajo en su casa. Contó que con Patara viajaron a un casino en Alpine y luego fueron al casino Golden Acorn, del cual salieron entre las 8:00 y 9:00 pm rumbo a Los Ángeles.
Pero Ramírez no pudo aclarar a los oficiales migratorios por qué un recorrido del casino al retén por la carretera 8 –que les habría tomado unos 20 minutos– al final fue de más de tres horas.
Ambos inmigrantes colaboran con las autoridades para testificar contra Patara.
El oficial angelino fue presentado ante una corte federal durante la tarde de este jueves y se declaró no culpable. Se le impuso una fianza de 10,000 dólares y se le ordenó entregar su pasaporte y sus armas. Una audiencia preliminar se programó para el 9 de mayo.
Si es encontrado culpable podría ser condenado a cinco años de prisión y se le impondría una multa de hasta 250,000 dólares.
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