Las ganas de viajar tras dos años de pandemia son incluso más notables de lo esperado, pero la industria, sobre todo la aérea, no ha logrado recomponerse para atenderla. Quienes viajen este verano en EEUU deben tener en cuenta los altos precios de los vuelos y de la gasolina, así como los retrasos y cancelaciones en los aeropuertos.