Razones por las que te aseguramos que los diamantes no son tan bonitos como creías
Decía James Bond que los diamantes son para la eternidad. Pero ¿realmente son tan bellos y resistentes como pensamos o nos gusta creer? Esta preciada piedra preciosa ¿merece ser tan valiosa? Vamos a verlo.
#9 No es tan tradicional
Gran parte de las parejas creen que regalar un anillo de compromiso de diamante es una tradición. Pero realmente no es tan antigua esta costumbre. Se propuso en 1900 por medio de un cartel publicitario de la corporación DeBeers, creadores de la leyenda de esta piedra preciosa.
#8 ¿Son para siempre?
Si bien es cierto que los diamantes son muy duros y duraderos, el hecho de que sean para siempre también es una creencia que viene de la publicidad. De hecho, no los pongas a prueba hasta el límite, o te quedarás sin ellos.
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#7 A prueba de fuego
No, los diamantes no son a prueba de fuego, tal como se piensa. A una temperatura de 900 grados Celsius, algo que se alcanza en un incendio o con una antorcha de propano, se quemarán y convertirán en gas de dióxido de carbono.
#6 Tienen diversos colores
Todos imaginamos diamantes claros y transparentes, pero no es así. Tienen variedad de colores, como el azul, el marrón, el negro o el amarillo. No obstante, el más raro y valioso es el rosa.
#5 ¿Son tan raros?
La verdad es que no. El decir que los diamantes son raros es un artificio publicitario. En realidad, son mucho más comunes de lo que se cree, pero así se logra que sean mucho más caros, pese a que cada habitante de Estados Unidos podría tener su propia copa de diamantes.
#4 Una buena inversión
Otra idea errónea. Los diamantes no son tan buena inversión como se cree. Este es otro mito que se creó hace años desde la compañía publicitaria DeBeers. Es decir, al comprarlo, ya se devalúa, por lo que rara vez lo venderás por más de lo que pagaste por él. No pierde tanto valor como otros objetos, pero tampoco se revaloriza.
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#3 ¿Es todo natural?
Tampoco es cierto. Es mucho más fácil lograr diamantes en laboratorios, y se consiguen resultados idénticos, mucho más baratos, y con más margen de beneficio para el vendedor. La piedra es exactamente igual a la original.
#2 La sustancia más dura
No, el diamante no es la sustancia más dura, pero el trabajo publicitario así lo ha hecho creer. Aunque hay otras que todavía lo son más, sí que es cierto que, entre las comunes, gana el diamante. Pero el nitruro de boro de Wurzite, por ejemplo, le supera.
#1 Una piedra conflictiva, símbolo de la vergüenza y el capitalismo salvaje
Venden los diamantes como si conseguirlos estuviera libre de peligro y conflicto. Como si la extrema explotación que caracteriza su producción no existiera. Pero no, no es así.
En este sentido, hay una interesante película protagonizada por Leonardo DiCaprio, algo acertada en este asunto (aunque mucho más leve que la realidad), en la que se observa el riesgo que se corre con los diamantes de sangre, además de la apenas imaginable violencia y explotación a la que se somete al pueblo africano más vulnerable. Si bien las Naciones Unidas establecieron un protocolo para evitar el trapicheo que rodea a esta piedra preciosa, la demanda sigue, y la oferta se las ingenia para seguir produciendo.
¿Sabías que, por ejemplo, en algunas partes de África llegan a abrir pequeñas incisiones en el cráneo de niños para introducirles cocaína por las sienes y enviarlos a las minas a trabajar durante horas, sin dormir ni comer, para conseguir esos diamantes?
Mientras tanto, en EE. UU. y otras regiones hegemónicas, se presentan los anillos con diamantes como un emblema del amor y el compromiso... ¿irónico? Tanto como el sistema en sí.
- Ahora te invitamos a leer esta sorprendente historia: «El diamante más grande del universo es un planeta»