Algunos vecinos de McKinley Park están comenzando a recibir un cheque tras demandar a una empresa por supuesta contaminación ambiental. Sin embargo, dicen que este pago, además de ser de bajo valor, representaría una especie de permiso para seguir contaminando. “Siempre hay un mal olor que está llegando”, dice el dueño de un restaurante, quien se ha visto afectado por esta situación.