Sentencian al exagente fronterizo Ramón Antonio Monreal a 12 años por cargos de soborno, armas y narcóticos
TUCSON, Arizona – El exagente fronterizo Ramón Antonio Monreal-Rodríguez fue sentenciado a pasar 152 meses de prisión –equivalentes a más de 12 años y medio—por cargos de soborno y otros relacionados con armas y drogas.
La sentencia del hombre de 36 años, de Vail, Arizona, la dictó el 14 de diciembre pasado el juez federal de distrito James A. Soto, quien también le ordenó pagar $151,000 dólares en restitución a la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos por el salario que cobró mientras participaba en actividades delictivas.
Previamente, Ramón Antonio Monreal se había declarado culpable de soborno y cargos relacionados con armas y drogas
Previamente, Monreal-Rodríguez se había declarado culpable de soborno, conspiración para poseer con la intención de distribuir cocaína y marihuana y conspiración para hacer declaraciones falsas en relación con la adquisición de armas de fuego.
También, de conspiración para proporcionar armas de fuego a un delincuente convicto y participar en tres conspiraciones separadas en dos casos penales federales.
Según las investigaciones, entre julio y agosto de 2018, Monreal-Rodríguez estuvo involucrado en dos conspiraciones relacionadas con armas de fuego, en las que compró ilegalmente armas a comerciantes con licencia federal, a nombre de otras personas, y se las proporcionó a delincuentes que tienen prohibido portarlas.
Mientras la indagatoria al respecto estaba en curso, Monreal-Rodríguez conspiró también para importar narcóticos a Estados Unidos desde México, en el plazo que fue del 8 de enero de 2018 hasta su arresto el 25 de septiembre de 2018.
El exagente fronterizo utilizó sus herramientas de trabajo para actos ilícitos
Su función criminal consistía en recuperar los narcóticos que cruzaban la frontera y los llevaba más allá del puesto de control, a varias millas de la frontera y a menudo en el vehículo que le proporcionaban para su trabajo, y luego los llevaba al área de Tucson.
En violación de sus deberes como agente de la Patrulla Fronteriza, Monreal-Rodríguez admitió no solo el uso de su vehículo de trabajo, sino también de su radio para transportar los narcóticos y las ganancias en efectivo de manera segura. Además, estaba en posesión de un arma de trabajo mientras participaba en actividades ilegales.
El sentenciado admitió haber distribuido 116 kilogramos de cocaína y 107 de marihuana.
También reconoció que recibió ganancias en efectivo de la venta de narcóticos por al menos $1.2 millones, que transportó a la frontera y luego entregó a otras personas para que el efectivo pudiera entrar a México de manera irregular. A cambio recibió pagos en efectivo.
El caso fue investigado por diversas agencias estatales de Arizona y federales.
Gary Restaino, fiscal federal, aseguró que “la mayoría de los agentes de la Patrulla Fronteriza son excelentes servidores públicos que interceptan diligentemente contrabando de armas o drogas. Pero para aquellos que no lo son, la Oficina de Prisiones tiene mucho espacio”.