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Yates y barcos

Las sanciones contra oligarcas rusos alimentan las dudas que rodean a uno de los yates más caros del mundo

La identidad del dueño del Scheherazade, un barco de 700 millones de dólares, que cuenta con dos helipuertos, múltiples domos satelitales y una piscina con una cubierta retráctil que la convierte en una pista de baile, es desconocida, y el secretismo a su alrededor ha aumentado en medio de las medidas contra millonarios vinculados con Vladimir Putin.
Publicado 8 Mar 2022 – 10:31 PM EST | Actualizado 8 Mar 2022 – 10:31 PM EST
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El Scheherazade, uno de los yates más modernos, grandes y caros del mundo, espera atracado en Marina di Carrara, un pueblo italiano en la costa de la Toscana. No obstante, un misterio rodea al barco: las autoridades italianas investigan quién es su dueño.

La incógnita surge en medio de la invasión de Rusia sobre Ucrania y las consecuentes sanciones contra oligarcas rusos que varios países, entre ellos Estados Unidos, han aplicado para presionar al Kremlin.

El yate tiene un costo de 700 millones de dólares, tiene dos helipuertos y múltiples domos satelitales, que le permiten acceder a servicios de televisión satelital de todo el mundo. También cuenta con una piscina con una cubierta retráctil que la convierte en una pista de baile, un gimnasio y acabados de oro en los baños.

Con más de 140 metros de eslora, el Scheherazade es uno de los yates más grandes del mundo: solo hay otros 14 similares en todo el planeta. Pero se desconoce quién es su dueño, lo que ha llevado a especulaciones sobre la identidad del propietario, que aseguran que podría ser un potentado árabe o ruso, o incluso el propio Vladimir Putin.

Esta última opción fue descartada por el capitán del barco, el británico Guy Bennet-Pearce, quien dijo a The New York Times que Putin no es el propietario e, incluso, que nunca había estado en el yate. “Yo nunca lo he visto”, aseguró en una entrevista telefónica desde el yate. No obstante, no descartó que su dueño fuera ruso.

Las autoridades italianas inspeccionaron la nave el lunes como parte de una investigación para averiguar el dueño del yate. Bennet-Pearce dijo que había entregado documentos a la policía que, aseguró, “quitará todos los rumores negativos y especulaciones que rodean a este barco”.

El capitán firmó un acuerdo de confidencialidad, al igual que los miembros de la tripulación y las empresas que se encargan de mantenerlo, algo poco frecuente incluso en el exclusivo mundo de los yates de lujo. Cuando llegó por primera vez al puerto italiano, trabajadores construyeron una barda de metal para evitar la vista de curiosos.

La supuesta identidad rusa del dueño del Scheherazade se explica porque habitantes del puerto donde se encuentra aseguran haber escuchado a miembros de la tripulación hablar ruso. “Todos le llaman ‘el yate de Putin’”, explicó Ernesto Rossi, uno de los residentes de la localidad.

El presidente Joe Biden anunció en su discurso del Estado de la Unión, el pasado 2 de marzo, que EEUU aplicaría sanciones contra empresarios vinculados con Vladimir Putin.

Biden dijo que su gobierno quitaría a estos millonarios “sus yates, sus apartamentos de lujo y sus aviones privados” debido a la invasión que Moscú emprendió sobre Ucrania. Medidas similares han sido tomadas por otros países, entre ellos Italia.

No obstante, algunos de los superyates más grandes del mundo son propiedad de rusos que no forman parte de la lista de sanciones. Roman Abramovich, quien recientemente puso a la venta el club Chelsea, es dueño del Eclipse, el segundo yate más grande del mundo: una nave que cuenta con un sistema de defensa con misiles y un pequeño submarino.

El Azzam, el primero en el listado, es propiedad del jeque Jalifa bin Zayed Al Nayahan, presidente de Emiratos Árabes Unidos y emir de Abu Dhabi. Mide 180 metros y tiene un campo de entrenamiento de golf en su interior.

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