Cuando tu mundo esté al revés, prueba esta meditación
Unos días atrás o quizás ayer mismo te sentías seguro y estable. Hacías tus planes con calma y confianza porque sabías dónde estabas parado y qué querías para ti. Es más, las personas que te rodeaban iban en tu misma dirección y te ayudaban en tu camino. Pero hoy es distinto. No sabes exactamente cómo sucedió pero está todo patas para arriba. El día, la realidad, las situaciones aparecieron todas juntas, de golpe, y te noquearon sin más. No te preocupes. Muchos de nosotros hemos pasado por una situación similar (varias veces en la vida). Para salir de ese estancamiento no tienes que escapar a otro lugar o dormir por una semana seguida para que pase el terremoto. Puedes encontrar paz en ti mismo sin necesidad de cambiar las circunstancias externas. Para lograrlo, puedes valerte de una herramienta magnífica y muy efectiva: la meditación. Por eso hoy te contamos una meditación que te ayudará a superar esos días en los que tu mundo está del revés. Puedes ponerla en práctica hoy mismo:
Prepara el espacio
Para comenzar es muy importante que encuentres un espacio tranquilo en el que sientas la menor cantidad de distracciones posibles. Si es en tu casa, prueba sentarte a solas en una habitación, sin tu teléfono y lejos de la calle. También puedes hacerla en el jardín o en un parque cercano.
Encuentra tu paz
Una vez que te halles en un lugar en calma, siéntate en postura de loto o medio loto y cierra tus ojos. Coloca las manos sobre tu corazón, la palma derecha sobre la izquierda. Inhala y exhala lentamente. Cada vez más profundo. Suelta lo que pasó y lo que piensas que está por venir. Presta atención a lo que estás viviendo en el momento presente. Enfócate en tu respiración.
Luego, por cada ciclo de inhalación-exhalación repite las siguientes frases:
- «Hoy no me dejo caer».
- «Hoy vivo de acuerdo a mis valores».
- «Hoy cultivo la bondad en mi corazón y en mi mente».
- «Hoy contribuyo para hacer algo positivo por este mundo».
- «Hoy encuentro el coraje de volver a mí mismo aunque me haya alejado».
- «Hoy encuentro la paz en mí».
Sigue respirando por unos minutos más con los ojos cerrados y las manos a la altura del corazón. Mentalmente, pasa por todas las zonas de tu cuerpo en las que sientes dolor o tensión. Cuando las encuentres, respira un momento en esa área y repite «hoy encuentro la paz en mí».
Puedes quedarte en la misma postura por el tiempo que desees. Empieza a sentir el suelo debajo de tus piernas. Siente la conexión con la Tierra y respira unos momentos más. Realiza una última respiración profunda y abre lentamente los ojos.
Esta meditación te ayudará a encontrar tu centro y a redireccionar tu energía a un estado de calma, amor propio y serenidad. Recuerda que eres capaz de renovar tus fuerzas desde tu interior y recobrar la motivación y la alegría. Así será más fácil descubrir un mañana esperanzador.