Salud mental durante la pandemia: cómo reconocer trastornos y manejarlos

Hoy, en el #MentalHealthAction, tómate un momento para actuar sobre tu salud mental y la de tu familia. Infórmate sobre los recursos disponibles en español en Nami.org. NAMI tiene una línea de ayuda telefónica bilingüe (800-950-NAMI) y ayuda por mensajería de texto al enviar "NAMI" al 741741.
Estrés, ansiedad y depresión son trastornos emocionales que pueden afectar a cualquier persona a cualquier edad. La pandemia de covid-19 y todo lo que ha conllevado -distancia social, aislamiento, pérdida de empleos, incertidumbre sobre el futuro- han sido detonantes de estos trastornos a tal punto que son muchas las personas que han experimentado emociones abrumadoras y difíciles de manejar a lo largo del último año.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han definido una serie de síntomas comunes en las personas cuya salud mental se ha afectado durante la pandemia: temor, enojo, tristeza o frustración; cambios en el apetito; cansancio y falta de interés; dificultad para concentrarse y para dormir; dolores de cabeza, problemas estomacales y sarpullido; mayor consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias y agravamiento de problemas de salud mental. Pero estos síntomas pueden empeorar y dar paso a trastornos más severos.
“Las dificultades de salud mental experimentadas en la pandemia pueden convertirse en factores, actitudes o conductas de riesgo para el deterioro de la propia salud mental y la calidad de vida de las personas”, explica a Univision la psicóloga Veroshk Williams. Para la especialista la dificultad está en reconocer los factores, las actitudes o las conductas de riesgo, ya que al estar distanciados de la rutina normal es posible que los síntomas se enmascaren.
Es importante aprender a reconocer esas señales que están indicando que hay algo más allá del estrés o el desánimo por la pandemia y que la salud mental o incluso la vida de la persona afectada está en riesgo.
ALCOHOLISMO Y ABUSO DE SUSTANCIAS: SEÑALES DE ALERTA
La combinación de incertidumbre, estrés y rutinas interrumpidas, puede alentar a algunos a buscar un escape en el alcohol como un mecanismo para lidiar, de acuerdo con la Academia Americana de Psicología (APA, en inglés). Una encuesta llevada a cabo por el Research Triangle Institute International indicó que el porcentaje de personas que dijeron haber bebido en exceso en la pandemia (más de cuatro tragos en dos horas para los hombres y tres para las mujeres) aumentó de 22% en febrero a 27% en abril de 2020, y el 31% dijo beber con más frecuencia.
Las condiciones adversas también pueden propiciar el abuso de sustancias ilícitas, así como provocar recaídas entre las personas que se están recuperando. Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, en inglés), hasta aquellos que no tenían problemas con el uso de sustancias antes de que comenzara la pandemia podrían desarrollarlos.
La psicóloga Williams enumera los síntomas que indican que el consumo habitual se puede estar saliendo de control:
- La persona no logra cumplir con tareas y responsabilidades básicas.
- Tiene un desempeño pobre en estudios o en el trabajo.
- Falta de compromiso para asuntos importantes.
- Cambios en las relaciones interpersonales y en la personalidad.
- Gasto excesivo de dinero y dificultad para tener un buen manejo financiero (inclumplir pagos básicos, por ejemplo).
- Tiende a ser evasivo con quienes le rodean.
- Cambios en el apetito (come demasiado o deja de comer) y en el peso.
- Pensamientos ilógicos o irracionales.
- Asume conductas de riesgo como conducir a alta velocidad.
- Irritabilidad y falta de un buen manejo emocional.
- Reactividad y estar a la defensiva cuando se le pregunta acerca del abuso de sustancias.
CÓMO MANEJAR LAS CONDUCTAS ADICTIVAS
“ Lo más importante para manejar las conductas adictivas es aceptarlas. Luego, buscar ayuda y estar en disposición de llevar a cabo un proceso, generar cambios en hábitos, alejar personas y crear un estilo de vida más saludable. También, es imprescindible trabajar en mejorar el manejo emocional. Es importante hacer esto para obtener la guía necesaria para lograr salir de la adicción de manera exitosa”, asegura Veroshk Williams.
La ayuda puede ser multidisciplinaria: apoyo psicológico o psiquiátrico para trabajar las múltiples facetas de la adicción, soporte para manejar asuntos familiares, personales o laborales, revisiones de medicina interna, nutrición, entrenamiento físico y hasta terapias de relajación como meditación y yoga.
Aunque las reuniones en persona de Alcohólicos Anónimos puede que estén suspendidas, existe la alternativa en línea. Narcóticos Anónimos también cuenta con la opción no presenciales. El Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y Alcoholismo (NIAAA, en inglés) tiene disponible una herramienta diseñada para personas que buscan ayuda. Otras posibilidades son In the Rooms, SMART Recovery y Sober Grid.
RIESGO DE SUICIDIO: SEÑALES DE ALERTA
Muchas personas han perdido sus empleos, otros han perdido sus hogares o negocios y también a seres queridos. Las pérdidas y los factores estresantes, como el encierro, pueden exacerbar problemas preexistentes, como enfermedades mentales, según la APA. Aunque aún se desconoce el impacto de la pandemia en las tasas de suicidio, es importante estar atentos a las señales.
La psicóloga Williams enumera las más significativas:
- Tristeza severa o cambios en el estado de ánimos repentinos, inesperados o incongruentes.
- Desesperanza general: actitud de no querer vivir, pesimista y sin ánimo para nada.
- Insomnio o problemas de sueño. La persona prefiere la soledad y se distancia de sus círculos de apoyo.
- Preparación de sus asuntos: el suicida tiende a hacer diligencias para poner o “dejar” su vida en orden.
- Ha habido algún suceso traumático o de crisis reciente (puede ser la pandemia o cualquier evento desestabilizante).
- Presenta actitud errática: no cumple con responsabilidades básicas, falta de aseo, problemas con la autoridad o simplemente se comporta de forma muy distinta a lo usual.
- Conductas de riesgo como causarse daño o autolesionarse.
- Amenaza o habla de suicido: esto ocurre en la mayoría de los casos, pero hay quienes no lo hablan y cometen el acto suicida por lo que es importante que estemos alertas ante las otras señales.
- Historial previo de eventos suicidas (sea en la familia o en la persona misma).
QUÉ HACER ANTE UN POSIBLE RIESGO DE SUICIDIO
“Ante el riesgo inminente de suicidio, que es cuando tenemos la más mínima sospecha de que alguien puede atentar contra su vida o si alguien expresa deseos o un plan para hacerse daño o causarse la muerte, debemos actuar con prontitud.
El primer paso es buscar ayuda para proteger la vida de esa persona por lo que acudir a un hospital psiquiátrico es recomendable; así se puede obtener evaluación y apoyo psiquiátrico inmediato. De no ser posible, se debe acudir a un hospital general, pues allí también hay profesionales cualificados para manejar este tipo de emergencia.
Si la persona tiene un psicólogo o psiquiatra con el que esté en tratamiento, llamarle e informarle de la situación para que dé sus recomendaciones”, explica la especialista.
Hay otras opciones disponibles para apoyo inmediato como la Línea Nacional de Prevención del Suicidio: 1-888-628-9454 (en español), o Chat para crisis de Lifeline. Mientras se recibe la ayuda, es importante no dejar sola a la persona afectada y validar cómo se siente.
CÓMO PROTEGER NUESTRA SALUD MENTAL: RECOMENDACIONES GENERALES
- Descansa todo lo que puedas, la pandemia ha causado fatiga mental, emocional y física.
- Busca tiempo para ti. Descubre pasatiempos y prácticas que te ayuden a estar a gusto contigo.
- Procura comer y dormir bien. Esto es fundamental para la buena salud mental.
- Conecta con el gozo. En medio de la seriedad de la situación actual es importante conectar con la risa, el juego.
- Identifica y conecta con tu grupo de apoyo.
- Trabaja en proyectos personales y en metas a corto, mediano y largo plazo.
- Integra la actividad física a tu rutina.
- Ve a la naturaleza lo más que puedas.
- Busca ayuda profesional de manera preventiva cuando sientas que lo necesitas.