La búsqueda de efectivo es una de las principales preocupaciones en el estrato de menos ingresos y un signo de la creciente desigualdad. El billete de mayor denominación apenas equivale a 32 centavos de dólar. Ante el colapso de la moneda avanza el uso de divisas.
Venezuela tiene las mayores reservas de crudo del planeta, que son administradas por la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), la principal industria del país. Durante el mandato de Nicolás Maduro, la caída en la producción petrolera ha sido dramática: hoy produce menos barriles que en 1940 y los pocos que exporta se ven afectados por las sanciones económicas de Estados Unidos.
El bolívar se hunde frente al dólar y cobra fuerza el alza de los precios en Venezuela. En cuatro semanas, la cotización de la moneda estadounidense se disparó 100%. Avanza una dolarización informal de la economía que exacerba la desigualdad entre quienes tienen acceso a esa divisa y quienes no.
Durante los últimos dos años, el Banco Central de Venezuela ha creado nuevos bolívares a un ritmo frenético, originando un gran desbalance entre oferta y demanda: más dinero detrás de pocos productos, una combinación que ha disparado los precios.
Los productores venezolanos de café no solo padecen la hiperinflación que afecta a todo el país, sino también la merma de sus cultivos a causa de las plagas y la falta de insumos para trabajar. Para aliviar la caída de los ingresos los caficultores viajan doce horas y atraviesan cruces ilegales para comprar comida y medicinas en Colombia.
El régimen
de Nicolás Maduro pone en marcha un sistema que operará a través de mesas de cambio en los bancos privados y públicos. Si bien no se contemplan restricciones como las que ha habido en los últimos 16 años para la compra de dólares, la situación de la economía indica que la oferta de divisas seguirá siendo escasa y luce lejana la estabilización del dólar.
El régimen chavista escala la persecución contra la prensa extranjera que reporta la crisis desde Venezuela. 13 de los 36 arrestos registrados por organizaciones locales en lo que va de año se produjeron en el propio palacio de Miraflores.
Este lunes, el presidente del Parlamento y presidente interino de Venezuela se reunirá en Bogotá con los 12 países del Grupo de Lima para pedir nuevas sanciones contra la cúpula civil y militar del gobierno de Nicolás Maduro. El diputado venezolano Julio Borges insiste en que “no hay escenario posible en el que Maduro se mantenga en el poder”.
Mientras el gobierno se dispone a bloquear la entrada de medicinas y alimentos, la oposición contempla introducir la ayuda a través de la frontera. Todos los ojos se centran en las Fuerzas Armadas y en el discurso oficial es constante la mención a un conflicto bélico.
Mientras Venezuela lleva semanas ocupando las portadas de los periódicos internacionales por la crisis política e institucional en la que está sumida, la economía se sigue desplomando día a día. El frenético aumento de los precios pulverizó la nueva moneda lanzada hace menos de seis meses por el gobierno de Maduro y el salario mínimo, que equivale a cinco dólares, es incapaz de proveer la alimentación básica. La industria se apaga y todo apunta a una mayor recesión.
El plan de control de daños contempla la venta de petróleo a través de intermediarios, negociaciones para aumentar el envío de crudo a otros mercados y medidas de emergencia para tratar de estabilizar al dólar. Se profundizará el deterioro de la economía, pero analistas advierten que no necesariamente esto se traducirá en un cambio de gobierno.
Tras jurar como presidente encargado de Venezuela, el jefe de la Asamblea Nacional intentará ejercer dominio sobre las cuentas que posee el Estado en el exterior y contempla nombrar a una nueva junta directiva en Citgo, la compañía venezolana que comercializa y refina crudos con sede en Texas. El reconocimiento de Trump pone en riesgo los petrodólares que recibe el gobierno de Nicolás Maduro.
El líder de la Asamblea Nacional, que se juramentó este miércoles como presidente interino con el apoyo de EEUU, forma parte de la generación de estudiantes que lideró las protestas contra Chávez en 2007. Pertenece a Voluntad Popular, el partido de Leopoldo López, que sigue preso en su casa.
A pesar de los esfuerzos por extender su uso, el petro no logra aceptación mientras que en medio de la hiperinflación el dólar gana terreno en la economía venezolana.
La fabricante de neumáticos anunció este lunes el cese de operaciones en Venezuela porque considera "imposible" producir en las actuales condiciones económicas y bajo las sanciones impuestas por Estados Unidos. Sus trabajadores recibirán llantas a modo de liquidación de sus contratos. Y, con la hiperinflación y el desabastecimiento que vive el país, no es un mal negocio.
Venezuela sufre la peor hiperinflación en la historia contemporánea de América Latina. En diez semanas, el salario mínimo que el gobierno aumentó 3,500% en septiembre perdió 85% de su capacidad de compra. Las historias cotidianas de los venezolanos muestran lo que es sufrir el desplome del precio de su moneda en el día a día.
Lejos de detener la hiperinflación, el programa implementado por el régimen venezolano para estabilizar la economía la aceleró, y persiste la falta de efectivo pese al lanzamiento de la nueva moneda.
El país acumula retrasos por 6,300 millones de dólares. La escasez de divisas ahoga a la economía mientras el gobierno aplica una reforma cosmética al control de cambio.
Este lunes comenzó a circular el bolívar soberano, que reemplaza al bolívar fuerte. Analistas advierten que el ajuste implementado por Nicolás Maduro no detendrá la escalada de los precios. Fedecámaras, la asociación que agrupa al sector privado, dice que no puede pagar el aumento del salario de 3.500%.
Analistas advierten que el programa anunciado el viernes, que incluye aumento de los impuestos, una megadevaluación de la moneda y una descomunal alza del salario mínimo no logrará de acabar con la hiperinflación. Para algunos es muy poco y muy tarde tras cuatro años de recesión y en medio de una hiperfinlación.