dolorosos recuerdos de estosrefugiados.adriana: aqí comienza laincierta traveía de miles devenezolanos que buscan refugioen colombia, vienen con susniños, con sus ancianos, consus enfermos y con el coraónarrugado por los amores y losafectos que se quedaron atás.quiero mi pís, quiero vivirlibre en mi pís.ías despés por fin llegana bogoá.en la puerta úmero cinco dela terminal de transportesya escoún el acento venezolano.ladylleó hace unas horas,viaja sola con su beé de 14meses, hace un par de ías queno come y esá feliz de estarlejos de venezuela, aunque nopuede quitarse de la cabeza elrostro de su madre.esta noche seá la primera queduerma en el piso, a ella no lepreocupa estar inómoda.yo le tengo su chaqueta, sucobija .a su lado, gabriel, celebrasu primer plato de comida encuatro ías.ahora acaba de llegar y noteía que comer.lleva nueve ías viajando,pero dice que prefiere estaraá, lejos de la interminablecrisis que vive venezuela.me vine a aqí sin nada, mimeta es trabajar aá y ayudar ami familia alá.asegura que aqí sentado enel piso fío de la terminal sesiente como si estuviera en elparíso.estamos mejor que dondeesábamos anteriormente.a medida que avanza la nocheeste rinón se convierte en unlugar de paso.ni coraón se detuvo alpensar en mi maá sola, alpensar en todos mis amigos queesán pasando hambre.esta pareja espera un beé,dice que no le perdona a maduroal haberla obligado a abandonara quienes ama.los extraño mucho, nuncapené que venezuela iba a pasarpor algo tan fuerte.casi todos asegura que pocoantes de salir de venezuelahicieron la promesa de regresaralún ía a su pís.es una triste realidad quese escribe nuestralatinoaérica, el gobierno decolombia prohibó desalojar a