Una mujer, un hombre y dos niños conforman esta familia que pese a los intentos fallidos continúa insistiendo en cruzar la frontera para poderse quedar y reiniciar sus vidas, pues según dicen están huyendo de la violencia en Honduras. En su más reciente llegada a tierra estadounidense fueron abordados por las autoridades migratorias y llevados a un centro de detención.
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