Ernest Quintana, de 79 años de edad, sufría de problemas pulmonares crónicos, por lo cual fue llevado a la sala de emergencias de Kaiser en Fremont, California. La familia del paciente sabía que su condición de salud era delicada, pero no esperaba que a través de una videollamada el médico le dijera al abuelo que iba a morir. El hospital asegura que no utiliza robots para dar malas noticias ni para tener discusiones médicas con los pacientes.