25 uniformados de Texas, California y Arizona hicieron parte de una investigación de The New York Times en la que aseguraron que deben soportar señalamientos, rechazos y hasta ataques por seguir las directrices migratorias del presidente Donald Trump. Defensores de los derechos humanos sostienen que los oficiales han contribuido con sus acciones a que la sociedad tenga una percepción negativa de este trabajo.