Una severa tormenta que azotó a buena parte del estado obligó a cientos de trabajadores a pasar el día despejando alcantarillas y recogiendo ramas para tratar de normalizar la situación. Si bien el temporal trajo consigo riesgos de deslaves, para muchos fue un gran alivio en medio de la sequía extrema y los recurrentes incendios forestales.
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