Tras la muerte de la reina Isabel II, Carlos III deja atrás el título de príncipe de Gales para convertirse en rey y asumir las funciones como jefe de Estado y gobernador supremo de la Iglesia anglicana. Con su llegada al trono, varios miembros de la familia real heredan nuevos títulos, nombramientos y responsabilidades. La especialista en temas de la realeza, Erika Roa, explica cuáles son los cambios más notorios.
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