Los vecinos de El Infernal, en Pinar del Río, quieren motivar a los más pequeños a quedarse en la comunidad por muchos años y su plan es convencerlos con mucha diversión. El tractor que todos comparten para tareas agrícolas y a veces incluso como ambulancia, es cedido para convertirlo en una peculiar piscina rodante que mantiene frescos y entretenidos a grandes y pequeños.