"Enseñen bondad a sus hijos", el mensaje de una madre que perdió a su hijo víctima del 'bullying' en el colegio
"Háganlo por Drayke". Con ese mensaje, unos padres de Utah que perdieron a su hijo de 12 años, víctima del bullying en el colegio, instan a otros papás a enseñar a sus hijos bondad como una forma de prevenir el acoso entre niños y un posible suicidio.
"Esto... Esto es el resultado del bullying. Mi guapo hijo estaba peleando una batalla de la que ni yo pude salvarlo. Es real, es silenciosa y no hay nada, absolutamente nada que puedas hacer como padre para alejar ese dolor tan profundo", escribió la madre, Samie Hardman, en su cuenta de Facebook. "No hay señales, solo palabras hirientes de otros que se robaron a nuestro Drayke de este lugar tan cruel".
"Tenía 12 años", dice la madre. "Cómo es que un niño de 12 años que era tan amado por todo el mundo pensó que la vida era tan difícil que necesitaba quitársela".
Drayke Hardman había sido acosado por un niño de su escuela durante el último año. Los padres contaron a la estación local 2KUTV que confrontaron el problema, se sentaron a hablar con su hijo e incluso fueron al colegio. Eventualmente, el niño que lo acosaba fue suspendido.
"Él nos dijo que 'no, no' (había tenido pensamientos suicidas)", contó Sammi Hardman a la estación. "Incluso pareció que se sintió molesto porque yo le pregunté eso".
El lunes 7 de febrero, dijeron los padres, Drayke llegó de la escuela con un moretón en el ojo, pero les mintió sobre cómo le pasó. Sí le contó la verdad a una de sus hermanas: había tenido una pelea con un compañero del colegio. Ella se lo dijo a sus padres, quienes conversaron de nuevo con él. El adolescente les respondió: "Los soplones se ganan heridas".
El miércoles siguiente, el niño no quiso ir a su práctica de básquetbol. Esa noche se quitó la vida.
Su madre describe a Drayke como un niño que iluminaba el ambiente; tan amoroso que sin razón la abrazaba y le decía que la quería; era amante del jazz y del básquetbol, de hecho fantaseaba con que algún día iba a ser el jugador más bajo de la NBA.
"Mi corazón está destruido, no sé cómo repararlo ni si podré lograrlo algún día, pero dedicaré cada minuto a enseñar bondad a otros niños en memoria de mi compañero favorito", sigue la madre en su publicación de Facebook. "Su propósito aquí fue enseñar bondad y amor, y lo logró. Aceptó a cualquiera como un amigo. Una vez que estabas en la tribu de Drayke, te quedabas ahí por siempre (...) Enseñen bondad a sus hijos".
El Centro Nacional de Estadísticas para Educación, la entidad federal que recibe y analiza datos de educación en Estados Unidos, calculó que en 2019 cerca de 22% de los estudiantes entre 12 y 18 años reportaron haber sido víctimas de bullying. Entre ellos, 15% dijo que lo sufrieron a través de rumores; 14% reportó que a través de bromas pesadas, apodos o insultos; 6% fue excluido de actividades a propósito; a 5% lo empujaban, le ponían zancadillas o le escupían; 2% dijo que era obligado a hacer cosas que no querían y que les destruyeron alguna pertenencia.
Para ese año, las niñas fueron víctimas de acoso en mayor número (25% versus 19% los niños). Sin embargo, aquellos estudiantes descendientes de dos o más razas fueron acosados en mayor proporción (37%) que los blancos (25%) o afroamericanos (22%).
¿Cómo reconocer que tu hijo es víctima de bullying?
La organización National Voices for Equality Education and Enlightenment (NVEEE), que ha estudiado el suicidio asociado al bullying, alerta a los padres de algunas señales para reconocer el acoso escolar en los hijos.
Entre ellos, que llegue con la ropa, los libros u otras pertenencias rotas; con heridas que no saben explicar, ya sean morados o raspones en la piel; que evada encuentros o salidas con sus amigos; que tenga miedo de ir a la escuela, caminar hacia o desde la escuela a casa, que tema montarse en el autobús del colegio; que haya perdido el interés en la escuela y esté obteniendo bajas calificaciones.
También hay manifestaciones en su estado de ánimo, como que, con frecuencia, se muestre triste, lloroso o deprimido; que aparezcan quejas frecuentes de dolores de cabeza, estomacales o enfermedades repentinas; que tenga problemas para dormir o pesadillas frecuentes; que deje de comer; que luzca ansioso o muestre baja autoestima; que comience a tener comportamientos autodestructivos, como huir de casa, causarse daño o hablar de suicidio.
En un informe, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) explican que el bullying tiene efectos negativos a largo plazo para la salud mental y bienestar de cualquier joven que lo enfrente o que, sin ser víctima, sea testigo del acoso de otros niños. Aseguran que los jóvenes son menos vulnerables al bullying —o a convertirse en bullies— cuando viven en un hogar donde la familia sirve de apoyo fundamental y no es un centro de conflictos o de acoso al niño. Dicen que una fuerte conexión con la escuela también sirve como un factor de protección, como un escudo para reducir el acoso y con él, el suicidio de más jóvenes.
La organización Stomp Out Bullying, que trabaja en la prevención del acoso en jóvenes, asegura que los padres "deben mantener las líneas de comunicación con sus hijos todo el tiempo", mostrar amor y preocupación y hablar permanentemente con los adolescentes para mantener viva la confianza, incluso cuando se trata de temas triviales. Y cuando la comunicación es difícil, recomiendan que le sugieran a sus hijos hablar con otros miembros de la familia. "Una pelea con un compañero podría no parecer un gran problema para ti, pero para un adolescente puede sentirse como algo inmenso e incontenible. Es importante no minimizar o desmeritar lo que le pasa a tu adolescente, porque puede aumentar su sentimiento de desesperanza".
Si identificas alguna de estas señales de alerta en tu hijo, puedes llamar a NVEEE al (954) 866.5880 o escribir al correo info@nveee.org.
Mira también: