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Una nueva dirección para la República Dominicana

"El candidato opositor Luis Abinader del Partido Revolucionario Moderno (PRM) fue elegido con el 52% de los votos, superando el 38% del candidato del partido oficialista Gonzalo Castillo. El triunfo de Abinader pone fin a los 16 años de gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD)". You can read this article in English.
Opinión
Asociada al programa del Consejo de las Américas en Washington. Originaria de la República Dominicana, comenzará la escuela de posgrado en la Universidad de Georgetown en el otoño.
2020-07-17T12:11:07-04:00
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Luis Abinader, presidente electo de República Dominicana. Crédito: ERIKA SANTELICES/afp/AFP via Getty Images

Buenas noticias para una región que afronta tantos desafíos: los votantes en la República Dominicana acaban de demostrar que, a pesar del covid-19, es posible celebrar elecciones libres en América Latina y el Caribe y, además, han demostrado que la corrupción y la impunidad de la clase gobernante no seguirá siendo tolerada.


Mientras muchos observadores estaban inmersos en la política estadounidense durante el fin de semana de la Independencia, la República Dominicana celebró sus elecciones presidenciales y congresuales el pasado 5 de julio, y los resultados van a tener un impacto en la trayectoria del país y sus prioridades en el futuro. El presidente electo, Luis Abinader, enfrenta el desafío de luchar contra la corrupción, la impunidad y el covid-19 de inmediato. Si no lo hace, puede que él también enfrente el rechazo de votantes frustrados que han tenido suficiente con las administraciones anteriores.

El candidato opositor Abinader del Partido Revolucionario Moderno (PRM) fue elegido con el 52% de los votos, superando el 38% del candidato del partido oficialista Gonzalo Castillo. El triunfo de Abinader pone fin a los 16 años de gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

A pesar de que el PLD logró un alto crecimiento económico para el país, no fue suficiente para compensar la queja de los votantes: altos niveles de corrupción e impunidad. Según la encuesta Mark Penn/Stagwell publicada en mayo pasado, tres cuartas partes de los votantes cree que existe igual o mayor corrupción en el actual gobierno.

El gobierno entrante está tomando el poder en medio de una pandemia y tendrá que priorizar dos sectores simultáneamente: la atención médica y la recuperación económica. Como resultado de una fuerte caída en los principales sectores productores de divisas debido a las medidas de confinamiento, se espera que la economía dominicana se contraiga en un 1% en 2020 según el FMI, mientras que el Banco Mundial proyecta 0% de crecimiento, muy por debajo del 6.1 % promedio anual de los últimos cinco años.

El turismo, por ejemplo, una de las principales fuentes de ingresos de divisas del país, se ha visto profundamente afectado con una caída del 44.9% en el primer cuatrimestre del año, en comparación con el mismo período en 2019.

Abinader enfrenta un desafío aún mayor debido a las altas expectativas generadas por las promesas que él mismo le hizo al pueblo dominicano. A lo largo de su campaña, el presidente electo se comprometió en frenar la corrupción y la impunidad. El tendrá que abordar casos no resueltos, incluido Odebrecht, que languidece en la justicia desde mayo de 2017.

Su período de luna de miel no será largo. En la noche de las elecciones, cuando Abinader daba su discurso de victoria, sus seguidores vociferaban: "¡Los queremos en la cárcel!" Las redes sociales estaban encendidas; muchos expresaron sentimientos como: "Si no hay presos en enero, en enero marchamos". Otros publicaron: "Si falla, se va". Al mismo tiempo, los ciudadanos han indicado claramente sus esperanzas de que no haya favoritismo y se castigue a todos los que cometan actos ilegales, independientemente de su afiliación política.

Para luchar contra la impunidad, Abinader propuso el nombramiento de un Procurador General independiente para poner fin al control gubernamental del sistema judicial. También ha prometido mayor transparencia en las contrataciones y compras públicas, prácticas arraigadas en el quehacer gubernamental del país, por lo que necesitará el apoyo continuo del pueblo para tener éxito una vez asuma el poder el 16 de agosto.

Hoy, muchos dominicanos se sienten orgullosos y responsables de lo que se ha logrado en esta elección. Desde la Marcha Verde – un movimiento cívico creado para luchar contra la impunidad en respuesta al escándalo de Odebrecht – hasta las protestas que reunieron a miles de manifestantes en la emblemática Plaza de la Bandera en Santo Domingo el pasado mes de febrero, en respuesta a la suspensión de las elecciones municipales; los dominicanos han adquirido un sentido de empoderamiento de su futuro, ya que sienten que fueron ellos los que ganaron esta batalla y dieron un paso adelante en el proceso de la lucha contra la corrupción y la impunidad.

Sin duda, el presidente electo tiene grandes desafíos por delante, pero asegurarse de cumplir con sus promesas de campaña, quizás sea la más importante para el pueblo dominicano. El futuro de la nación ahora se está desarrollando ante nuestros ojos. Si Abinader no logra avances inmediatos y concretos en la agenda que él mismo promovió, los votantes, incluyendo muchos de sus propios partidarios, le dirían: “¡Se Van!”.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.

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