El misil que iba a Tampa y una peligrosa aurora boreal: 5 momentos que casi llevaron a una guerra nuclear hace 60 años
Ha sido llamado el “momento más peligroso de la Historia”.
En octubre de 1962, hace ahora 60 años, las dos grandes potencias nucleares de la época, Estados Unidos y la Unión Soviética, estuvieron cerca de iniciar una guerra atómica.
Unos meses antes, Moscú había instalado en Cuba un grupo de ojivas nucleares de corto y mediano alcance, lo que fue visto por Washington como una amenaza inminente.
El Ejército de Estados Unidos se puso en alerta y las tensiones escalaron rápidamente en los 13 días que duró la Crisis de los Misiles.
Pero si bien muy pocos historiadores dudan de la gravedad de aquellos sucesos, seis décadas después, muchos también coinciden en que la probabilidad de una guerra nuclear deliberada era, en realidad, remota.
“Los líderes de la Unión Soviética y de Estados Unidos fueron realmente muy cautelosos, por eso, no creo que hubiera ocurrido nunca un tipo de conflicto en el que uno de los líderes decide comenzar intencionalmente la Tercera Guerra Mundial”, dice a Univision Noticias Philip Nash, experto en la crisis de los misiles y profesor de la Penn State University.
Sin embargo, de acuerdo con el académico, fueron realmente una serie de torpezas, accidentes y errores de cálculo los que pusieron al mundo al borde del holocausto nuclear.
“Para mí, esa fue la gran amenaza: el riesgo de que las cosas se salieran de control debido a un accidente... Y hubo muchos, muchos accidentes durante la crisis”, afirma.
"De de la mayoría de ellos no nos enteramos hasta muchos años después y son tan increíbles que, si no fuera por el peligro que implicaron, podría decirse que eran hasta graciosos", señala.
Pero según el historiador, casi todos dan cuenta de la gravedad de las tensiones que se vivieron aquellos días y los eventos inintencionales que puede suceder en estas situaciones de crisis y llevar un terrible desenlace.
Estos fueron 5 de esos accidentes que pusieron al mundo al borde de una guerra nuclear hace 60 años.
1- Un visitante inesperado
Era el 25 de octubre de 1962 y las tensiones entre la URSS y EEUU iban en aumento.
Bombarderos con armas nucleares y aviones interceptores fueron alistados para la guerra y ubicados en las bases aéreas y en los aeropuertos comerciales de todo Estados Unidos.
De acuerdo con las instrucciones que recibieron, los militares estadounidenses debían estar preparados porque, antes de un primer ataque nuclear, las fuerzas especiales soviéticas, los " spetsnaz", llevarían a cabo operaciones de sabotaje contra instalaciones de comando de EEUU.
Esa noche, en una base militar cerca de Duluth, Minnesota, un centinela hacía una ronda cuando vio una sombra escalar por una de las cercas.
No tuvo dudas de que se trataba del ataque soviético anticipado.
El soldado disparó y todo fue entonces confusión.
“En los aeródromos de toda la región, las alarmas se activaron y los guardias armados se precipitaron en la fría noche para evitar que los agentes soviéticos sabotearan las fuerzas nucleares estadounidenses”, cuenta Scott D. Sagan en su libro The Limits of Safety: Organizations, Accidents, and Nuclear Weapons
Dos escuadrones de aviones de combate F-106A se alistaron para el ataque: llevaban cuatro misiles aire-aire convencionales y un cohete con una con ojiva nuclear de 800 libras.
Cuando todo estaba listo para el despegue, un oficial aceleró en su carro hacia la pista, encendió las luces de su automóvil y los detuvo.
Habían confirmado que la sombra que trataba de cruzar por la cerca de la base era un oso negro.
2- El destino del mundo en una bicicleta
En tiempos de teléfonos celulares y satélites es difícil imaginar que la comunicación entre la Casa Blanca y el Kremlin era todo un problema en aquellos años.
Los líderes de las dos naciones más poderosas del mundo no tenían conexión directa, por lo que cuando trataron de recurrir a métodos diplomáticos para solucionar la crisis se encontraron sin medios para acortar las demoras de la correspondencia.
“Una de mis curiosidades favoritas de la Crisis de los Misiles es que durante esos días, hubo al menos un par de casos en los que el mensaje clave entre los rusos y los estadounidenses llegó a Washington, D.C. a través de la Western Union Bicycle Messenger (un sistema de correspondencia por bicicleta), cuenta Nash.
“¿Qué decir cuando pensamos que el destino del mundo estaba en los hombros de un adolescente que pasaba en bicicleta por las avenidas de Washington mientras otros conducían a su lado? ¿Qué hubiera pasado si, en la prisa, hubiera tenido un accidente y nunca hubiera llegado a su destino?”, agrega.
El historiador recuerda que otro problema de comunicación en esos días se debió a las largas cartas que el primer ministro soviético, Nikita Jrushchov, le enviaba a Kennedy.
“Era sabido que Jrushchov hablaba mucho y sus cartas no eran la excepción. Pero una carta más larga lleva más tiempo en trasmitirse y traducirse. Eran tiempos que cualquier demora podría haber llevado a una decisión equivocada”, señala Nash.
Como resultado de la crisis de los misiles, la Casa Blanca y el Kremlin establecieron una línea directa de comunicación.
3-Un "misil" que nunca explotó
En la mañana del 28 de octubre, un día antes de que la crisis de los misiles llegara a su fin, las fuerzas armadas de Estados Unidos vivieron varios momentos de zozobra.
Uno de ellos ocurrió cuando los militares en la base de observación de Moorestown, NJ, contactaron al Comando Estadounidense de Defensa Aeroespacial para informar que el radar había detectado un misil lanzado desde Cuba.
Según los datos, el proyectil se dirigía hacia Tampa y podría impactar la ciudad en cualquier momento.
Eran días de crisis y había poco tiempo para tomar decisiones.
Los oficiales a cargo activaron el sistema de detección de bombardeos y se preparaban para lo peor… pero la explosión nunca ocurrió.
Solo después de la hora en que habían proyectado que el misil tocaría Florida lograron entender lo que había sucedido: una serie de eventos inesperados combinados de formas imprevista.
“El radar detectó un satélite que pasaba sobre el horizonte en el mismo momento en que un oficial ponía en el sistema una cinta de prueba para verificar el funcionamiento del radar. La cinta simulaba el lanzamiento de un misil desde Cuba”, cuenta Nash.
Para más coincidencia, el satélite apareció justo en el lugar por el que se esperaba el lanzamiento de un misil desde la isla.
4- Una peligrosa aurora boreal
Es conocida la historia de la única víctima mortal de la crisis de los misiles, el piloto estadounidense Rudolf Anderson Jr, que fue derribado cuando sobrevolaba Cuba en un vuelo espía para inspeccionar los sitios donde los soviéticos instalaban los misiles nucleares.
El derribo de su avión provocó llamados en la Casa Blanca para que Kennedy respondiera con fuerza militar, lo que podría haber dado comienzo a una guerra entre la Unión Soviética y Estados Unidos.
No existen evidencias históricas de que el derribo de ese avión haya sido accidental, pero en las tensiones de ese mismo día, otro avión espía estadounidense fue enviado desde Alaska al Círculo Polar Ártico en busca de evidencias de pruebas nucleares rusas ( una operación que nada tenía que ver con la Crisis de los Misiles).
Sin embargo, al llegar al Polo, una fuerte aurora boreal confundió al piloto, que no pudo orientarse por las estrellas, y terminó entrando en el espacio aéreo soviético.
Fue detectado y perseguido por aviones de combate del Kremlin.
La fuerza área de Estados Unidos fue desplegada para rescatar a su compañero y, entre los armamentos que llevaban consigo, estaban misiles antiaéreos dotados de cabeza nuclear.
En el estado de alerta en el que se encontraban, quedaba a discreción de los pilotos su uso.
El avión espía regresó a Alaska y los de rescate no hicieron uso de sus misiles.
“Es increíble pensar hoy que en medio de tantas tensiones, Estados Unidos haya realizado pruebas de este tipo que podían haber creado una verdadera situación de guerra. Pero hubo muchas así, incluso operaciones de sabotaje de la CIA en Cuba esos días que hubieran podido ser vistas como un punto de no retorno para los soviéticos”, dice Nash.
5- El submarino rojo
Fue probablemente el momento más crítico de la Crisis de los Misiles.
En una operación secreta, el Kremlin envió desde una base del Ártico hacia las aguas del Caribe a cuatro submarinos de clase Foxtrot.
Uno de ellos iba cargado con un torpedo nuclear, comparable en fuerza a la bomba lanzada sobre Hiroshima.
Por las condiciones de crisis, el comandante de cada submarino tenía permiso para actuar sin órdenes directas de Moscú si creía que estaban bajo amenaza.
“Estados Unidos detectó los submarinos y comenzó a lanzarles cargas de profundidad, como una señal para que el submarino saliera a la superficie”, recuerda Nash.
Pero la señal fue interpretada por los soviéticos como el inicio de un ataque y el comandante del submarino con la carga atómica, sin contacto con Moscú, confundido por las detonaciones y asumiendo lo peor, decidió disparar el torpedo nuclear.
“Felizmente para todos nosotros, había otro oficial a bordo que no era comandante de ningún submarino: Vasilli Arkhipov, una especie de oficial de estado mayor durante todo el despliegue”, dice Nash.
“Este hombre pudo haber estado en cualquiera de los otros submarinos, pero estaba en ese, con el torpedo nuclear, en el submarino 59. Y le habló al capitán e incluso lo golpeó para que no lanzara el torpedo”, dice.
Cuando los soviéticos se comunicaron después con los estadounidenses entendieron que las detonaciones solo buscaban hacer salir al submarino a la superficie.
“El nombre de ese del héroe, Vasily Arkhipov, fue desconocido por muchos años. Pero puede que haya sido la persona que salvó al mundo”, afirma Nash.