La Corte Suprema no escuchará las quejas de 'El Chapo' Guzmán
Sin comentarios, la Corte Suprema se negó este lunes a revisar el caso del capo mexicano Joaquín 'El Chapo' Guzmán. Su defensa había pedido al máximo tribunal que revisara dos puntos: la legalidad de su extradición y porque, aseguran, estuvo sometido a limitaciones "excesivas" y "punitivas" antes de su juicio, como no permitirle el acceso a abogados.
La petición fue introducida el 21 de abril de 2022. Cuestionaba la forma en la que México "dio su consentimiento" para la extradición del líder del cártel de Sinaloa y si fue concedida de forma voluntaria: "En este caso, no ha habido ninguna investigación sobre la cuestión crucial de si el consentimiento de México se obtuvo de forma válida".
Además, reclamaban que —al menos hasta agosto de 2018— Guzmán permaneció en un "prolongado" confinamiento en solitario, lo que le impidió las comunicaciones internas y externas con cualquier persona y por cualquier medio, así como las vistas antes de que fuera a juicio. También condenan que se le mantuviera en su celda 23 horas por día, con una sola hora para hacer ejercicios en solitario; que se la pasara la comida por una ventanilla y que comiera solo; que le mantuvieran la luz encendida permanentemente; que no se le proveyera ropa para protegerse del frío del aire acondicionado; que no se le permitiera tener acceso a luz natural.
Las quejas de 'El Chapo' no son nuevas. En una declaración jurada que incluyó en una demanda civil ante un tribunal de Denver, criticó en primera persona las condiciones de su reclusión en el penal de máxima seguridad ADMAX Florence, en Colorado, donde ha estado desde julio de 2019. En ese texto describía que le revisaban constantemente su celda, que había cámaras de vigilancia hasta en la sala donde conversaba con sus abogados y que su correspondencia era revisada de forma minuciosa. Decía que por el trato que le daban en el centro ahora sufría de dolores de cabeza, pérdida de la memoria, calambres, estrés y depresión.
Unos meses antes de llegar a la Corte Suprema, la defensa del notorio narcotraficante había perdido una apelación en el Segundo Circuito rechazó que hubiera razones para anular su juicio de 2019, por supuesta manipulación del jurado mediante un trabajo de la vida de Guzman que publicó el medio Vide News.
El Chapo se queja de un trato "cruel e injusto"
"El trato que recibo es cruel e injusto", escribió en ese documento. "Me está causando que sufra problemas psicológicos y de salud".
Guzmán ya se quejaba de las condiciones de su reclusión desde que estuvo encerrado en una prisión de Manhattan, en espera de su juicio. De allí salió cuando fue condenado a pasar el resto de su vida tras las rejas. Minutos antes de escuchar su sentencia, ‘El Chapo’ leyó una carta reclamando que estar en el Centro Metropolitano de Detención (MCC) de Nueva York había sido “una tortura las 24 horas”.
En la prisión ADMAX de Florence, Guzmán se encuentra en una celda de siete por 12 pies con una pequeña ventana por donde le pasan la comida. Está en la ‘Unidad H’, una zona de alta seguridad donde son recluidos los convictos por delitos de terrorismo.
Al llegar a ese penal, contó, le permitían salir a una jaula en el patio de 9 a 10 horas por semana, pero desde diciembre de 2019 ese tiempo se redujo a 3 horas o nada. Esa jaula de 10 por 10 pies es el único lugar donde puede ejercitarse.
No se le permite tener contacto con otros reos, sus llamadas telefónicas están limitadas a cuatro familiares (su madre, su hermana y sus hijas gemelas), no puede hablar con los guardias y acude esposado de pies y manos a un salón donde lo visita su abogada Mariel Colón Miró.
Estas reglas tan estrictas son conocidas como Medidas Administrativas Especiales o SAMs, que imponen a reos peligrosos para evitar que hagan más daños a la sociedad. Las normas SAMs, que limitan casi por completo las comunicaciones con el mundo exterior, se aplican principalmente a terroristas.
Después de que 'El Chapo' fue arrestado y declarado culpable en una corte de Nueva York por 10 cargos de narcotráfico y conspiración, la DEA aseguró que el capo heredó su negocio a sus cuatro hijos: Jesús Alfredo, Iván Archivaldo, Ovidio y Joaquín. Ellos lideran una facción del cartel de Sinaloa y su poder ha crecido, convirtiéndose en importantes traficantes de fentanilo, cocaína, metanfetamina, heroína y otras drogas. Por la captura de cada uno de ellos ofrecen una recompensa de 5 millones de dólares.
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