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Elecciones 2016

California vota por agilizar la ejecución de la pena capital y hay 40 mexicanos esperando en el corredor de la muerte

De los 2,905 reos condenados a la pena capital que hay en Estados Unidos, 741 están en cárceles de ese estado.
9 Nov 2016 – 02:30 PM EST
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Cuarenta mexicanos, 25 de los cuales alegan una condena ilegal, hacen parte del grupo de 741 sentenciados a la pena capital en California que podrían ver acelerada su sentencia si se confirma finalmente la aprobación de la Proposición 66 por los votantes del Estado. Con todos los precintos reportados, la Proposición ganaba por una estrecha mayoría de 50.9% de los votos, pero faltaban algunas papeletas por contar.

El grupo de mexicanos está encabezado por Carlos Avena Guillén, un hombre sentenciado hace 34 años y que dio nombre al llamado “Caso Avena”, una demanda presentada en al año 2002 por el gobierno mexicano contra Estados Unidos por la violación de la Convención de Viena sobre Derechos Consulares de 1963.

La Convención establece que los ciudadanos de un país detenidos en otro deben ser informados de su derecho a recibir asistencia legal del consulado de su país en el momento de su detención. La demanda de México incluía una lista de 54 mexicanos condenados a la pena capital a los cuales no se les respetó ese derecho.

La Corte aceptó los argumentos de México y exigió a Estados Unidos “revisar y reconsiderar” las sentencias impuestas a 51 de los 54 mexicanos incluidos en la lista, cosa que nunca hizo.

Hasta hoy, a punto de cumplirse 15 años del fallo, cuatro de los reos de la lista han sido ejecutados (todos en Texas), a 12 les fue suspendida o conmutada su sentencia por diferentes razones, y el resto espera todavía su ejecución, 25 de ellos en California. A estos últimos se suman 15 mexicanos más que han sido condenados después de la sentencia (muchos de ellos tampoco recibieron asistencia consular).

El estado con más condenados

California es el estado que más prisioneros tiene en el corredor de la muerte. De los 2,905 reos condenados a la pena capital que había en Estados Unidos el 1 de julio de este año, 741 estaban en cárceles de ese estado. Y de ellos, 62 eran extranjeros (incluyendo los 40 mexicanos, tres guatemaltecos, dos hondureños, dos salvadoreños y un cubano).

La elevada población de reos en el corredor de la muerte se debe, en parte, a que California es uno de los estados con menos ejecuciones desde el restablecimiento de la pena de muerte en Estados Unidos en 1976. Mientras Texas ejecutó a 538 reos en ese tiempo, California solo ejecutó a 13. Y desde 2006 no ejecutó a nadie.

Mantener a tantos prisioneros, durante tantos años, en las condiciones especiales que exige su condición de condenados a muerte, ha tenido un costo muy elevado para los contribuyentes del estado y ese es uno de los argumentos que esgrimieron los partidarios de la Proposición 66.

Para rebajar los costos, la Proposición 66 plantea la necesidad de mejorar y agilizar los procesos para que los condenados tengan su justo castigo (limitando el número de apelaciones y el tiempo en el que se podían presentar).

Contempla, además, la obligación de que los prisioneros que están en el corredor de la muerte desarrollen algún tipo de trabajo pagado durante su encierro y destinen el 70% de su salario a restituir a las víctimas de sus crímenes.

Proposiciones encontradas

En la misma papeleta en la que votaron por la Proposición 66, los electores californianos encontraron la Proposición 62, que buscaba la eliminación de la pena de muerte y, paradójicamente, se apoyaba también en los enormes costos que para los contribuyentes representa el actual sistema.

A pesar de ser contradictorias, ambas iniciativas tenían la posibilidad de ser aprobadas por los votantes, caso en el cual primaría la proposición que obtuviera más votos. Finalmente los californianos rechazaron la Proposición 62 (con un 53.9% de los votos en contra) y dieron su voto mayoritrio por la 66.

Hace cuatro años se sometió a la consideración de los votantes una proposición similar a la Proposición 62 para eliminar la pena de muerte que también fue derrotada en las urnas.

El emblemático caso de Carlos Avena

Carlos Avena Guillén tenía 19 años cuando fue detenido por la policía de Los Angeles como sospechoso de la muerte de dos personas, ocurrida días antes durante un intento de robo. Avena fue interrogado en inglés, a pesar de no dominar el idioma, y terminó por confesar el crimen.

Después de un juicio plagado de irregularidades –con un defensor de oficio que hizo poco o nada por evitar su condena– Avena fue encontrado culpable de dos cargos de homicidio en primer grado, y fue sentenciado a la pena de muerte el 12 de febrero de 1982, casi un año después de haber sido arrestado.

Diez años más adelante, el 14 de febrero de 1992, el consulado de México en la ciudad de San Francisco recibió una carta del director de la prisión estatal de San Quintín, en la que decía que Carlos Avena estaba detenido en sus instalaciones y que los registros indicaban que tenía la nacionalidad mexicana. Era la primera vez que las autoridades de su país se enteraban del caso.

Hoy, 34 años después de su condena, Carlos Avena sigue en el llamado “corredor de la muerte”. Las apelaciones que ha presentado han sido rechazadas y todos los días se levanta pensando que en cualquier momento puede recibir la postergada noticia de que al fin va a ser ejecutado. Con la aprobación de la Proposición 66 ese día puede estar más cerca. Y hay 39 mexicanos más en su misma situación.

*Esta nota fue corregida para reflejar el hecho de que a pesar de que ya se habían reportado todos los precintos, a las 6:00 pm del Este todavía no se había reconocido oficialmente el triunfo de la enmienda. La publicación original se hizo a las 2:11 pm del Este. La votación, finalmente, fue demandada y se encuentra en los tribunales.

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