El vuelo 328 de United Airlines que iba con destino a Honolulu experimentó una falla en el motor poco después de su despegue. El incidente obligó a la nave regresar al Aeropuerto Internacional de Denver no sin antes lanzar fragmentos del fuselaje sobre un vecindario de Broomfield. Aunque no se reportaron heridos a bordo, las autoridades de la Junta Nacional de Seguridad en el transporte abrieron una investigación sobre lo ocurrido.